“Escuchad, hijos, los preceptos de vuestro padre, y hacedlo así, si queréis salvaros. Porque Dios quiso que el padre sea honrado de los hijos…”
(Eclesiástico, capítulo 3)
Honra tiene el padre, frente a sus hijos, ya que es la salvación para sus hijos.
Su amor jamás será olvidado, porque el hijo que lo honra a usted recibirá el perdón sus pecados. Por el bien sus hijos, Dios lo colmará de muchas bendiciones.
Ser padre, ¡Qué maravilla! Así lo proclama Dios en su palabra.
Qué hermoso ver cómo usted ama a su esposa y lo más importante que puede hacer por sus hijos es amar a su madre.
Es usted padre y esposo y sabe muy bien que el camino para realizar este doble papel es el camino del amor: a su esposa y a los hijos.
Qué alegría siente al darse cuenta de que su vida es importante en la vida de ellos.
Ser padre, ¡Qué maravilla! papá, usted con su cariño enriquece a su familia, pues no hay peor pobreza en su hogar, que la falta de amor.
Usted es el sembrador, sus hijos son el campo de la siembra
Usted siembra valores de paz y sus hijos no amarán la violencia.
Usted siembra valores de amor y sus hijos contribuirán a la civilización del amor.
Usted siembra valores de generosidad y sus hijos serán liberados del egoísmo.
Usted siembra valores de respeto hacia el prójimo y sus hijos tendrán a la persona por encima de todo.
Usted siembra valores de fe en Dios y sus hijos serán honrados ciudadanos.
Ser padre, ¡Qué maravilla! Agradézcale a Dios el don de serlo. A El le copió usted el apelativo de “padre”.
Su amor a su esposa es garantía de felicidad para sus hijos. Si se ausenta de la familia hay frustración, inseguridad, culpabilidad en el crecimiento de sus hijos. Usted es su seguridad, usted garantiza el desarrollo de todos los miembros de su familia
Vale la pena ser padre. Ser padre, ¡Qué maravilla!
Mensaje del P. MIGUEL GIORGIO,
Director del Centro Juvenil Don Bosco