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mo me duele la cabeza tratando de imaginar la próxima Liga de Béisbol. Ustedes no lo hagan, porque igual que yo, estarían a riesgo de un derrame… La nuestra, es la única Liga del mundo imposible de imaginar, tal es la cantidad de intrigas que año tras año, nos dejan caer encima en forma de alud.
Levanten la mano quienes sepan cuántos equipos estarán en acción. ¿Cuatro, seis, ocho, diez?… ¿Cómo estarán integradas cada una de las directivas?… ¿Qué tipo de reglas raras van a introducirse?… ¿Cuántas Comisiones inútiles van a estructurarse?… ¿Qué peloteros pueden ser considerados Agentes Libres?… ¿Cuántos tienen amarres a diferentes plazos?… ¿Volveremos a la regla del nocáut?… ¿Se jugará con pelotas cuadradas?.
Tomemos un caso, fundamental por cierto, el status de los peloteros… El martes se dijo que no podía publicar una lista de los que están en libertad de acción porque eso era una especie de “Informe confidencial”, estrictamente privado, algo así como “esta cinta o esta parte de la página, se autodestruirá en cinco segundos”.
¿Qué diría sobre semejante intriga Agatha Christie?… ¿Econtraría el sagaz Poirot la solución que escapa a todos nosotros?… ¿Sería necesario recurrir a la asesoría de Perry Mason o Sherlock Holmes?… Incluso los propios peloteros están pendientes, porque ninguno de ellos tiene claro su status… Es más, hay quienes se han quejado de haber firmado por sólo una temporada, y ahora descubren estar comprometidos por tres. ¿Qué les parece el desorden?.
En cualquier Guía de Prensa de Grandes Ligas, sale, no sólo la longitud del contrato de cada pelotero, sino lo que gana y hasta las bonificaciones y las restricciones señaladas en cláusulas especiales. Aquí eso es un misterio… Yo sé que tan largo es el amarre y lo que ganan Zidane, o Shaquille, o Kevin Brown, pero no Henry Roa, o Diego Sandino, o Freddy García.
Esa es una información, según FENIBA, de máxima confidencialidad, imposible de ser publicada porque afectaría los índices económicos y la deuda externa.
Como nunca se habla con claridad, jamás se raya consistentemente el cuadro de responsabilidades, es improbable colocar todas las cartas sobre el tapete, todo es intrigante y abre espacio para maniobrar provocando distorsiones peligrosas.
La famosa frase anárquica: el reglamento se elabora para ser violado, es, en cada uno de los torneos que hemos atravesado, una constante.
¿Es sólo culpa de FENIBA?… No, también hay una responsabilidad mayúscula de los directivos de equipos que, al verse atrapados en ese marco de inseguridad, recurren a posiciones de influencia, para tratar de sacar ventaja de cualquier manera, porque en definitiva, según la filosofía global imperante, se trata de ganar o ganar, a cualquier costo… En lugar de eso, deberían anteponer los intereses del juego.
No saber a esta altura, mes de junio, cuántos equipos estarán batallando en el torneo, indica que la falta de consistencia en la organización, continúa contoneándose campantemente en nuestras narices, sin que podamos hacer algo… Nunca hay fecha, y quizás este año se decida anunciar la inauguración de un día para otro… ¿Qué tanto nos sorprendería que FENIBA diga que las estadísticas formarán parte de los Informes Confidenciales?. ¿Cómo diablos haremos para percatarnos de cómo se mueven los nombres en los diferentes lideratos?.
Se sabe que hay “Agentes Libres”, y Carlos ha dicho “claro que los hay”, pero uno pregunta como desinformado que es: ¿Quiénes son?, ¿Por qué no se da a conocer una lista como se haría normalmente en cualquier país del mundo?
Es triste resignarse, pero en un país con sus escasas instalaciones deportivas en ruinas, con el “significativo” apoyo gubernamental de 7 pasajes para los atletas nicas que estarán en Sydney, con un Comité Olímpico fantasmal y un Instituto de Deportes “manos arriba”, ¿qué es lo raro de esta inseguridad que parece estar reglamentada?