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“Los equipos que participaron en el recién finalizado Campeonato, podrán Preinscribir a diez (10) jugadores de los cuales siete (7) deben ser de su departamento o zona y que jugaron en la temporada anterior, podrán inscribir un máximo de tres (3) jugadores que no sean del Departamento o Zona, pero deberán haber jugado con el club por lo menos las dos últimas temporadas”.
Aparentemente el párrafo de arriba es claro, pero a juzgar por las preinscripciones hechas por los equipos hasta ahora fue escrito en chino.
Para ser claros, la “preinscripción” es un intento de la federación de que los equipos, sobre todo los más débiles, conserven al menos el núcleo de sus titulares. También, al en efecto negarle la agencia libre a algunos peloteros mientras deja libres a otros, controla un poco el vertiginoso aumento de salarios (perdón, “viáticos”) de los jugadores.
Pero los directivos han visto en esto la oportunidad de lanzarse a la carga, o de cerrar las defensas.
Despuntó preinscribiendo fuera de orden el San Fernando, con nombres discutibles unos, como los estudiantes Jorge Luis Avellán y Alvin Jácamo, y totalmente en contra de los lineamientos otros, como Juan Villagra y Cairo Murillo, peloteros que no son de Masaya y no llevan dos años en el San Fernando. Lo más cómico es que Murillo, junto a Diego Sandino uno de los dos grandes ases del beis local, está amarrado con los masayas por haber firmado (supuestamente) la esquela de tres años.
Siguió el Rivas, poniendo en su lista a Jimmy González (Juigalpa), Martín Alemán (Jinotepe) y Julio Rivas (Granada y Arlington, Virginia), un año en el Rivas.
Y ahora el Bóer se lleva la barda, preinscribiendo hasta a un extranjero, Santiago Henry.
“Fuentes bien informadas” nos han dicho que un directivo del Norte se ha plegado al Rivas, que ha llevado mucho dinero, y que los sureños han ingresado a la lista de los que van a pagar sueldos gigantescos, junto a norteños y Bóer. Y empezaron por tratar de sonsacar nada menos que a Henry, por lo que el equipo capitalino lo ha querido “proteger”.
Los demás equipos, temerosos de que algún secreto de estado sea revelado antes de tiempo, esperarán justo afuera de la oficina de Noelito Urcuyo Báez a que falte un minuto para que venza el plazo para entregar su lista.
VICENTE PADILLA
El domingo en la noche tuve la oportunidad de ver la repetición del juego de Arizona, y pude ver a Vicente Padilla en acción. Vicente estaba tirando su recta entre 89 y 93 millas por hora, un poquito más lento que en los últimos días. Dentro de lo normal.
Los locutores de los Diamondbacks especificaron que Vicente usaba dos lanzamientos casi siempre, la recta y el slider. Aunque el domingo tiró un par de cambios de velocidad espectaculares, y el otro día hablaron de su curva.
Me emocionó mucho que Tomás Morales de ESPN2, al ver a Vicente (“es de Managua”, dijo, confundiendo su lugar de nacimiento con su residencia oficial actual, la casa de Evelio Areas Mendoza), dijo que “los nicaragüenses llevan décadas jugando beis, recuerdo a Stanley Cayasso, que no jugó en Grandes Ligas pero sí en los campeonatos amateur”. Gracias, Tommy, por mencionar a esa gloria nica en tu turno “al bat”.