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El ministro tiene razón… en parte

A raíz de la escasez de maíz que se ha experimentado en los últimos días, y del consiguiente encarecimiento de los productos que de él se derivan, como las tortillas, por ejemplo, se han escuchado voces, incluyendo la del Ing. José Augusto Navarro, Presidente de UPANIC, condenando al Gobierno por no tener existencias en reserva de ese grano con las cuales evitar el desabastecimiento y el alza de su precio. Algunos consideran que la Empresa Nicaragüense de Granos Básicos (ENABAS) debería mantener un stock mínimo equivalente a dos meses de consumo de cada uno de los principales productos y granos básicos que se consumen en el país, tales como azúcar, arroz, frijol y maíz. Otros estiman que las reservas deberían de ser de seis meses como mínimo.

El Ministro de Fomento, Industria y Comercio (MIFIC), Norman Caldera, ha respondido diciendo que “Este asunto de la seguridad alimentaria se soluciona acudiendo al mercado internacional”. Y agrega que “No es necesario que esté toda la reserva inmediata en el mercado nacional”. Lo aseverado por el ministro es correcto, siempre y cuando la importación pueda hacerse con suficiente rapidez y en términos económicos favorables, como para evitar el desabastecimiento y el alza del precio. No tiene ningún sentido que el Gobierno tenga invertido e inmovilizado un gran capital en inventarios de productos alimenticios cuando existe la posibilidad de comprarlos rápidamente en el mercado internacional.

Lo que no es aceptable es que el equipo técnico del MIFIC, que junto con el Ministerio de Agricultura y Forestal (MAGFOR) tiene la responsabilidad de monitorear la producción, existencia y precios de los granos básicos, no detecten a tiempo la inminente escasez para que –por vía de una importación oportuna–, se evite el desabastecimiento y el alza de precios.

El concepto de reservas estratégicas puede parecer atractivo a primera vista, pero también puede resultar altamente costoso e innecesario. Tomemos como ejemplo la lógica con la que procede una persona en sus decisiones de compra. Cuando percibe indicios de que la oferta de ciertos productos puede verse interrumpida, ya sea porque se avecina una asonada, un huracán, o cualquier otro posible evento perturbador, procede a comprar un poco más de lo regular para tener un inventario en reserva equivalente al período estimado de desabastecimiento. Pero en la ausencia de tal previsión no acumula inventarios, porque sabe que una visita al mercado, al supermercado o la pulpería de la esquina puede proveerle los productos deseados. En tal caso, los inventarios de esos productos que dicha persona decide tener en su casa estarán determinados, fundamentalmente, por la periodicidad con la que desee ir de compras.

Pero en el caso del abastecimiento nacional de granos básicos, no es ni siquiera necesario tener inventarios acumulados cuando se percibe que se avecina una situación de escasez, porque es perfectamente factible recurrir con rapidez al mercado internacional y mantener satisfecha la demanda. Distinto sería el caso en el que por cualquier razón no se pudiera tener acceso a tal mercado en condiciones de tiempo y costo satisfactorias. En ese caso, aunque fuera costoso, sí sería necesario y conveniente tener reservas.

Las empresas privadas, que tienen un mejor sentido del costo financiero que ocasionan los inventarios, han desarrollado toda una técnica sofisticada para el manejo de los mismos, a fin de no incurrir en costos innecesarios. Hacen todo un esfuerzo consciente para mantenerlos al mínimo permisible. En el caso actual del maíz, creemos que una detección oportuna del problema por parte del MIFIC hubiese permitido una importación más temprana que hubiera evitado el alza de precios que se ha experimentado.

Este caso le debería de servir de experiencia al Gobierno para que tome conciencia de la insoslayable necesidad de tener un equipo técnico, altamente responsable, preparado y alerta, que impida que la economía popular se vea injustamente golpeada como ha ocurrido esta vez con la escasez de maíz.   

Editorial
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