- Eran miembros de la temida banda de
secuestradores “Los Pasaco”
(ACAN-EFE)
GUATEMALA.— El ajusticiamiento el jueves de dos secuestradores con la inyección letal se suma a otra ejecución por ese mismo método y a unos 50 fusilamientos que se han registrado en Guatemala desde 1934.
Los reos Luis Amílcar Cetín Pérez y Tomás Cerrate Hernández fueron ejecutados en la Granja de Rehabilitación Pavón, localizada a unos 23 kilómetros al sureste de la capital guatemalteca, en cumplimiento de la pena de muerte ordenada por los tribunales de justicia.
Cetín y Hernández fueron hallados culpables en todas las instancias legales del secuestro, el 16 de noviembre de 1996, y posterior asesinato, el 28 de enero de 1997, de la acaudalada anciana Isabel Bonifasi de Botrán, cuya familia es propietaria de la mayor productora de bebidas alcohólicas en este país.
La sentencia fue cumplida luego de que el presidente de la República, Alfonso Portillo, les negara el perdón a los reos el pasado 30 de mayo.
Esta es la segunda vez que se aplica la inyección letal en Guatemala, luego de que el Congreso de la República reformó en noviembre de 1996 la ley para “humanizar” la aplicación de la pena capital debido a la gran publicidad que recibió el fusilamiento de dos reos el 13 de septiembre de ese año.
LARGA LISTA DE EJECUCIONES
Los campesinos Roberto Girón y Pedro Castillo fueron los últimos reclusos en enfrentar al pelotón de fusilamiento en la Granja de Canadá, en el departamento sureño de Escuintla, tras haber sido hallados culpables del secuestro, violación y asesinato de una niña de 4 años.
Mientras, el campesino Manuel Martínez Coronado pasó a las páginas de la historia de Guatemala al convertirse, el 10 de febrero de 1998, en el primero en recibir la inyección letal.
Martínez, de 42 años, fue condenado a muerte por la matanza de siete miembros de una misma familia, perpetrada el 16 de mayo de 1995 en una remota aldea del departamento oriental de Chiquimula.
Entre los fusilados desde 1934 se encuentran dos coroneles, dos policías, dos abogados, un universitario, un salvadoreño, un hondureño y una mujer.
De todos los casos ha destacado el fusilamiento, el 17 de julio de 1946, de José Miculax Bux, acusado de múltiples secuestros y violaciones de niños.
Sin embargo, el mayor número de fusilados se registró durante el régimen de facto que presidió el general golpista José Efraín Ríos Montt (1982-1983), cuando 16 delincuentes, acusados de asesinatos, terrorismo y secuestro, enfrentaron al patíbulo, y entre ellos figura el hondureño Marco Antonio González.
Seis de esos fusilamientos se registraron en marzo de 1983, la víspera de la primera visita que hizo a Guatemala el Papa Juan Pablo II.
Desde Nicaragua el Sumo Pontífice pidió a Ríos Montt, actual presidente del Congreso y máximo líder del gobernante partido Frente Republicano Guatemalteco (FRG), que les conmutara la pena pero la sentencia se cumplió sin contemplaciones.
Una veintena de reos se encuentra condenada a muerte en este país centroamericano, y el próximo podría ser Fermín Ramírez, hallado culpable de la violación y asesinato de una niña y a quien Portillo también le ha negado el indulto.