- Fox admitió la posibilidad de una victoria de Labastida, pero advirtió que
“sólo una
ventaja clara
le permitirá
convencer a
millones de
mexicanos de
su triunfo con
legitimidad”
Antonio Martínez y Mar Marín (EFE)
MEXICO.- El candidato conservador a la Presidencia de México, Vicente Fox, no descartó “enfrentamientos violentos” si le arrebatan con fraude un triunfo en las elecciones de mañana, aunque matizó que él actuará “dentro del marco de la ley”.
En una entrevista con el candidato del Partido de Acción Nacional (PAN) y la Alianza por el Cambio analizó la conflictiva campaña electoral que concluyó este miércoles, la herencia de 71 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y los escenarios tras los comicios.
Fox responsabilizó de la tensión política previa a las elecciones a sus dos contrincantes, el oficialista Francisco Labastida (PRI) y el izquierdista Cuauhtémoc Cárdenas (Partido de la Revolución Democrática), a quienes acusó de difamación.
Este ex ejecutivo de Coca-Cola, que cumple el domingo 58 años y quiere de regalo la Presidencia, se declaró triunfador por anticipado.
Admitió la posibilidad de una victoria de Labastida, pero advirtió que “sólo una ventaja clara le permitirá convencer a millones de mexicanos de su triunfo con legitimidad”.
“Si la victoria de cualquiera de los candidatos se da dentro de un marco que no deje dudas sobre la legalidad de la misma, todos estaremos dispuestos a reconocer el triunfo de quien el voto popular elija”, dijo Fox a EFE.
Por el contrario, “si se notan situaciones de ilegalidad y se documentan, se tendrá que recurrir a la impugnación dentro del marco que marca la Ley Electoral de México”.
“Los enfrentamientos violentos sólo se darán si el fraude es utilizado para impedir mi victoria”, aseguró el candidato, que a continuación matizó que “la única forma como reaccionaremos a evidencia de fraude será a través de las instituciones establecidas por la Ley Electoral”.
En cualquier caso, añadió, “si el candidato del PRI triunfa en el papel por una diferencia de votos muy reducida, tendrá problemas para gobernar posteriormente, ya que eso representará un Congreso de oposición sumamente fuerte en su contra”.
Fox reconoció que la campaña se desarrolló en un clima de agresividad, que atribuyó a la “desesperación” de sus rivales por su ventaja en las encuestas, aunque éstas le sitúan tres puntos por detrás de Labastida (un empate técnico, pues los sondeos tienen un margen de error de 2,5 a 3 por ciento).
Sobre la acusación de que financió en forma ilegal su campaña, dijo que las declaraciones “difamatorias” de Labastida y Cárdenas al respecto demuestran su inquietud respecto a la “victoria” que espera tener Fox el 2 de julio.
Sus reservas sobre posibles maniobras del PRI para imponerse en las elecciones no se extienden al Instituto Federal Electoral (IFE), aunque sí al Tribunal Federal Electoral (TRIFE), que se encargará de resolver las impugnaciones.
Para este ex ejecutivo de Coca-Cola y ex gobernador estatal, 71 años de gobierno del PRI han dejado una herencia de “corrupción, pobreza y desequilibrios económicos que será difícil resolver en un sexenio de honestidad, transparencia y solidaridad social”.
Convencido de que el 1 de diciembre tomará posesión de la Presidencia, anunció a EFE que su gobierno será el primero elegido democráticamente en México desde la revolución de principios del siglo XX.
A su juicio, esto le dará “autoridad moral para hablar de “tú a tú” a los gobiernos de Norteamérica y Europa sobre temas bilaterales, migración e inversión, y para mantener una relación de equilibrio con los dos grandes mercados mundiales.
Capítulo especial le merece España, país al que califica de “contraparte natural” de México en Europa y al que reserva un papel preponderante como puerta de acceso al mercado común europeo.
El candidato conservador también anunció que, de llegar a la Presidencia, mantendrá la política mexicana de extraditar a España a los terroristas de ETA refugiados en este país latinoamericano.