- A pesar de alegatos de compra de votos, se considera que son los comicios más limpios de la historia
NIKO PRICE
MEXICO (AP).— Desde la inmensa capital hasta la última aldea y en puestos de frontera, los mexicanos acudieron ayer a las urnas en las elecciones más reñidas de su historia en las que estaba en juego el fin de 71 años de gobierno del Partido Revolucionario Institucional (PRI), o su continuidad.
La elección del domingo fue la primera del siglo en la que el resultado no estaba resuelto de antemano. A pesar de imputaciones de fraude y compra de votos contra el partido gobernante, en general se consideraba que estas elecciones eran las más limpias de la historia mexicana.
Rebeca Meza Oliva, un ama de casa de 45 años, dijo que votó por Vicente Fox, del opositor Partido de Acción Nacional, muy igualado en los sondeos de opinión con Francisco Labastida, del gobernante PRI.
Meza dijo que votó toda su vida por el PRI, a menudo presionada en la escuela de sus hijos, su trabajo y los líderes vecinales.
“Ahora estoy contra el PRI. Ya he visto demasiado. Nunca más”, comentó en el empobrecido Estado de Guerrero.
A medida que cerraban los comicios en el centro del país, el PRI parecía sufrir derrotas aplastantes en tres elecciones regionales cruciales, según una encuesta en boca de urna de la red de televisión Televisa.
Según la encuesta, el izquierdista Partido Revolución Democrática conservaba la alcaldía de la capital, con el 40% de votos para Andrés Manuel López Obrador contra el 34% para Santiago Creel, del PAN. Jesús Silva Herzog, del PRI, tenía el 22%.
En el Estado de Morelos, al sur de la capital, el PAN derrotaba al PRI por el 57% contra el 29%. La gobernación era del PRI.
En la elección a gobernador de Guanajuato, Estado natal de Fox, el PAN vencía al PRI por el 58% contra el 32%.
La divulgación de resultados nacionales está prohibida hasta el cierre de los comicios en los horarios más retrasados de la costa del Pacífico.
Votantes furiosos se enfrentaron con funcionarios electorales cuando en algunos puestos de votación se agotaron las boletas para los que votaban lejos de sus distritos de residencia.
Las largas colas indicaban una gran afluencia. Muchos decían que por primera vez advertían que sus votos contaban para algo.
Unos 10,000 supervisores de mesas electorales y 860 observadores extranjeros acudieron ayer a los centros de votación para supervisar estos comicios.