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Las infecciones dérmicas, como hongos, son las que atacan a los pobladores de las comunidades rurales de El Rama.

Enfermedades se desarrollan a sus anchas en El Rama

ARY NEIL PANTOJA [email protected] EL RAMA.- La pobreza y la falta de médicos mantiene a los pobladores de la comunidad de La Magnolia en constantes enfermedades que ya son parte de su vida diaria. Aquí la gente vive enferma. Las principales afecciones de los habitantes son fiebres, gripes, tos, infecciones en la piel (hongos, micosis, […]

ARY NEIL PANTOJA [email protected]

EL RAMA.- La pobreza y la falta de médicos mantiene a los pobladores de la comunidad de La Magnolia en constantes enfermedades que ya son parte de su vida diaria.

Aquí la gente vive enferma. Las principales afecciones de los habitantes son fiebres, gripes, tos, infecciones en la piel (hongos, micosis, etc.), dolores de cabeza constantes y mareos.

A la comunidad de La Magnolia, ubicada a una hora con 15 minutos de El Rama sobre el Río Escondido, “llega un médico cada cuatro o cinco meses y a veces con menos frecuencia”, expresó apesadumbrada la señora Marlin Rocha, de 28 años de edad y con siete hijos.

Rocha llegó a La Magnolia hace tres años en compañía de su marido Santos Sándigo, de 42 años, “en busca de una vida mejor, porque en Múhan, donde vivíamos no teníamos dónde trabajar”, explica la joven madre.

Su compañero de vida padece, desde hace más de un año, de fuertes dolores de cabeza y constantes mareos sin conocer las causas.

“Es que ningún médico lo ha examinado porque no vienen hasta aquí. Ir al Rama no podemos porque no tenemos dinero”, dijo Rocha.

Rocha padece de una infección en la piel, pues presenta manchas que a simple vista podría ser lo que comúnmente se le llama “carate”. Por supuesto, desconoce la causa de la infección dérmica.

PERDIERON LO QUE HABÍAN SEMBRADO
Esta familia perdió las dos manzanas de cultivo que tenían debido a la reciente crecida del Río Escondido, ocasionada por las constante lluvias.

Habían sembrado arroz, frijoles y maíz. Toda el cultivo quedó bajo un enorme lago, el cual, además de destruir la cosecha, impide el acceso a parte de la comunidad.

Se supone que las dos manzanas de granos básicos servirían una parte para el autoconsumo de su familia y la otra para venderla, pero eso ya no fue posible porque el desborde del río terminó con todo.

Durante su último embarazo Rocha padeció de dolores “en el cerebro”, en la espalda y los huesos.

Nunca tuvo un “chequeo médico”. Después de dar a luz al pequeño (actualmente con siete meses de nacido), los dolores aumentaron de intensidad. La joven madre desconoce las causas del padecimiento.

En iguales o peores condiciones se encuentran la mayoría de los habitantes de esta pequeña comunidad asentada en las márgenes del Río Escondido.

Las jovencitas inician su vida sexual a temprana edad y es “común que se llenen de hijos rápidamente”, expresó Rocha, tras agregar que no es extraño que a los 12 ó 13 años una joven ya tenga a su primer hijo.  

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