- Vicepresidente Bolaños está de acuerdo con que Asamblea Nacional resuelva los respectivos permisos
- “Esta vez reconocen el dominio, pero yo diría que tal vez en el futuro puede Costa Rica pretender algo en el río”, afirma vicepresidente
- Cardenal Obando pide usar “mucha inteligencia” para posibles exigencias futuras
HUMBERTO MEZA [email protected]
El acuerdo asumido a finales de la semana pasada entre Nicaragua y Costa Rica, para permitir a este último la navegación armada sobre el Río San Juan, carece a la fecha de claros mecanismos para su aplicación.
El vicepresidente de la República Enrique Bolaños celebró este fin de semana el consenso alcanzado por ambos presidentes en México, sin embargo admitió que aún desconoce los trámites que deberá usar el gobierno costarricense para que miembros de las fuerzas públicas naveguen el río y así avituallar sus puestos fronterizos.
“Si se requiere que la Asamblea Nacional lo juzgue, pues se le pide a la Asamblea. No es que ellos (ticos) vengan, su embajador aquí puede pedirlo. Yo no sé, la mecánica es tontera, la realidad y el principio de las cosas es que si vos tocás una gota de ese río, esa gota es nicaragüense y Costa Rica reconoce eso”, subrayó.
Sin embargo, Bolaños reconoció la autoridad del Poder Legislativo en el asunto, explicando que el ni el Poder Ejecutivo podría refutar una decisión, en caso que el Parlamento rechace la concesión de los permisos.
Los presidentes Arnoldo Alemán de Nicaragua y Miguel Angel Rodríguez de Costa Rica concluyeron, mediante un intercambio de notas, una agria disputa diplomática surgida en agosto de 1998, cuando el ex ministro de Seguridad Pública de ese país sugirió que los ticos puedan navegar Río San Juan armados, sin la vigilancia ni autorización de Nicaragua.
Según informaciones oficiales, el acuerdo propone regresar al modus operandi que se manejó en este caso, desde antes de 1998, que de acuerdo a funcionarios de la administración anterior se resumía en que soldados nicaragüenses acompañaban en las mismas lanchas a los costarricenses, mientras estos asistían a sus puestos, sobre la margen derecha del Río San Juan.
PERSISTE ESCEPTICISMO
Sin embargo, Bolaños mantuvo el escepticismo, mostrado por algunos diputados, al no descartar que en un futuro pudieran surgir nuevas demandas.
“Yo diría que tal vez en el futuro puede volver Costa Rica pretender algo en el río, pero esta vez ha desistido de sus pretensiones, reconociendo que Nicaragua tiene el sumo imperio sobre el río y que el día que le queramos dar permiso a través de los canales legales nuestros, se lo podemos dar y el día que no, pues no le damos”, agregó.
A juicio del Cardenal Miguel Obando y Bravo, este escepticismo es normal, considerando el cuestionado acuerdo que los ministros de Defensa de ambos países firmaron en 1998, intentando poner fin al diferendo.
“No sé hasta donde llega el grado de consenso actualmente. Ese es un problema que nosotros debemos tratarlo siempre con mucha inteligencia en casos futuros, pero oficialmente desconozco detalles”, puntualizó el Prelado.