- Los abusos y la corrupción fueron
tolerados como pago por la
estabilidad social y una economía
que crecía a ritmos aceptables - Fue ese México el que le dio un nuevo significado a la palabra “mordida” como símbolo de coima, pago para evitar sanciones por violaciones a la ley
Eloy O. Aguilar (AP)
MEXICO.- Al final de cuentas, la impunidad y corrupción del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), fueron los factores principales que llevaron a un electorado hastiado a dar fin al dominio de más de 70 años del PRI en la vida moderna de México.
Los actos políticos de contrición y las promesas de un “nuevo PRI” llegaron demasiado tarde y sin convicción.
Dos días antes de la elección el candidato del PRI, Francisco Labastida había subrayado ante corresponsales extranjeros la necesidad de hacer al PRI un partido más atractivo para los jóvenes y la clase media.
Pero un cambio en el PRI requerirá la remoción de puestos de mando de los llamados dinosaurios, la vieja clase dirigente que nació y creció en el poder con los vicios que éste conlleva cuando se ejerce por largo tiempo.
El PRI fue creado en el gobierno por los caudillos militares que triunfaron en la Revolución de principios de siglo. Era el instrumento para mantener el poder unificando a sectores como el campesinado, los sindicatos, organizaciones populares y grupos económicos, como la banca, en una confederación de intereses bajo una supuesta ideología revolucionaria.
El PRI era el gobierno y el gobierno era el PRI. Cada sector del PRI tenía una cuota de poder en el Congreso a cambio de apoyo irrestricto al gobierno. La prensa nacional, controlada y consentida desde la oficina de prensa de la presidencia era la voz propagandística del gobierno y, por ende, del partido.
Las carreras políticas se hacían en el PRI. El PRI-gobierno contaba los votos en cada elección dificultando cualquier posible triunfo opositor. El Presidente era emperador por seis años y nombraba a su sucesor.
Como lo expreso en una ocasión un diputado del PRI en esa época, “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
El PRI creció con el México moderno, tuvo éxitos y fracasos. Impulsó una reforma agraria que repartió latifundios, pero a la vez sirvió para mantener el control del campesinado, y llevó electricidad y educación a zonas marginadas.
El Presidente Carlos Salinas de Gortari abrió el país al mundo por medio del Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, que fue seguido por acuerdos similares con otros países y con la Unión Europea.
El control, los abusos y la creciente corrupción fueron tolerados como pago por la estabilidad social y una economía que crecía a ritmos aceptables. Era lo que el escritor peruano Mario Vargas Llosa llamó la dictadura perfecta, ganándose así el odio de la prensa mexicana.
Fue ese México el que le dio un nuevo significado a la palabra “mordida” como símbolo de coima, pago para evitar sanciones por violaciones a la ley.
Pero el colapso de la economía y las devaluaciones de los años 80 y las crecientes demandas de una sociedad por libertades políticas marcaron el principio del fin del dominio priísta.
En los últimos sexenios los escándalos políticos se multiplicaron. En la administración pública, mal manejo de fondos, ejemplos de corrupción de altos funcionarios y el uso de recursos del Estado para sustentar al PRI fueron impulsando el resentimiento de la sociedad que el candidato de oposición Vicente Fox supo canalizar.
Fox fue gobernador del Estado de Guanajuato e hizo su campaña con el grito de “Despierta México” y el lema “no más de lo mismo”. Enfatizo también la amenaza del narcotráfico, que en algunos casos llegó a tocar a funcionarios públicos.
El PRI vive ahora una nueva experiencia a nivel nacional como partido de oposición. En sus filas hay personalidades y grupos que impulsan un cambio y replanteamiento de tesis políticas
Al reconocer el triunfo de su rival, Labastida dijo que el partido se mantendrá vivo y “sabrá recuperar y reconquistar el apoyo de la mayoría”.
Hace unos años la derrota del PRI era tan impensable como el congelamiento del infierno, pero como señaló con ironía un observador, “el diablo debe estar ahora entrenando a sus equipos de hockey sobre hielo”.
Mario Vargas Llosa: De la “dictadura perfecta” a la democracia difícil
MEXICO (AFP).- El histórico triunfo del conservador populista Vicente Fox en las elecciones mexicanas, representa un “gran día para México, para América Latina y para la causa de la democracia”, escribió este lunes en tapa del diario Reforma el escritor hispano-peruano Mario Vargas Llosa.
Bajo el título “de la dictadura perfecta a la democracia difícil” (retomando la definición acuñada por el peruano años atrás al referirse a las décadas de gobierno del Partido Revolucionario Institucional), Vargas Llosa dijo que “la labor que tiene Vicente Fox sobre sus hombros es verdaderamente titánica”.
“Desmontar un aparato autoritario que lleva 71 años enquistado en el poder significa reformar el Estado de pies a cabeza”, advirtió el escritor.
“El PRI va a pasar a la oposición y vamos a conocer de verdad qué representa el PRI. Vamos a ver si al pasar a la oposición y perder todo el poder del Estado se desinfla y queda convertido simplemente en un grupo de intereses, huérfano de respaldo popular”, añadió.
Fox ganó las elecciones presidenciales del domingo con 2.6 millones de votos de ventaja (escrutadas el 88% de las mesas electorales) y desalojó así del gobierno, después de 71 años, al PRI que era el partido más antiguo en el poder en el mundo.