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El biólogo Basilio Lorente Castillo, señalando el lugar por donde sale el tubo que transporta el gas del digestor a la cocina. LA PRENSA/A. OLIVAS.

El “biodigestor” de los Lanuza

Con los desechos de su propia casa don Estanislao le ha construido a su esposa una cocina que le evita problemas con la escasez del gas licuado Con el uso del biogás se prescinde del uso de leña, la instalación no produce humo ni olores y además evita el deterioro de nuestros bosques ADOLFO [email protected] […]

  • Con los desechos de su propia casa don Estanislao le ha
    construido a su esposa una
    cocina que le evita problemas con la escasez del gas
    licuado
  • Con el uso del biogás se
    prescinde del uso de leña, la instalación no produce humo ni olores y además evita el deterioro de nuestros bosques

ADOLFO [email protected]

ESTELI.- Desde lo alto de una colina se divisan las humildes viviendas de la comunidad Las Cámaras, situada en el sector de Santa Cruz, en la parte sur de Estelí. De los techos del caserío emergen pequeñas columnas de humo como señal de que el fogón está en funciones y que en esos hogares se cocinan alimentos.

Sin embargo, una casita destaca entre todas, la de la familia Lanuza. De ella no brota el humo, cualquiera diría que tienen apagada la cocina. Entramos a constatar.

Al penetrar al interior de la vivienda de paredes de tablas y techo de tejas, confirmamos nuestras sospechas: la hornilla está apagada y un tanto abandonada, incluso cubierta con algunos trastos viejos.

Sin embargo, como visitantes nos quedamos sorprendidos cuando, siguiendo la tradicional hospitalidad nica, nos ofrecen café o leche caliente con tortillas acabadas de salir del fuego acompañadas de unos deliciosos frijolitos fritos, cuajada fresca y mantequilla.

Cualquier visitante se percata de inmediato que esta familia posee una cocina convencional de gas, pero se desconcierta cuando descubre allí no existe ningún cilindro de ese hidrocarburo y que además… no existe energía eléctrica.

Para mayor asombro, la señora de la casa levanta con orgullo su mano para abrir una llave de pase de una tubería que se acopla a la cocina y que en el otro extremo está conectada a una pila que está en el solar, similar a cualquier pila de agua.

Doña Dora del Socorro Lanuza Zeledón sonríe y relata que este sistema lo instaló su marido Estanislao Lanuza Lanuza en base a una idea que trajo de Costa Rica, durante una visita que hizo a ese país para intercambiar experiencias sobre aspectos de transferencias tecnológicas con los campesinos ticos.

“Me llamó mucho la atención la producción de gas de la comunidad Nueva Concepción, ubicada en el pueblito que se llama Pijibay, jurisdicción de San Isidro el General”, narra don Estanislao.

Relata que la producción de gas de manera artesanal se convierte en una nueva alternativa para la economía de los hogares campesinos, y que en Costa Rica ha disminuido la tala y el uso de la leña.

Con la tecnología aplicada, don Estanislao produce su propio gas desde hace varios meses, utilizando leña solamente en casos muy especiales.

“Ahora ya no necesitamos las grandes cantidades de leña que quemábamos antes y con la utilización de esta nueva forma de producir gas protegemos los recursos naturales”, afirma el señor Lanuza.

La esposa, doña Dora, también manifiesta que la tecnología aplicada por su marido le ha traído a ella un gran descanso, ya que no tiene que rajar leña, ni se calienta atizando el fuego. Por otra parte, evita la producción de humo que generalmente afecta la salud de las mujeres campesinas.

“Esto ha sido para mí un gran beneficio. Nos ahorramos de leña, me levanto a cualquier hora de la noche y con facilidad enciendo la cocina para hacer cualquier cosa, sin tener que estar soplando y reavivando el fogón”, expresa la señora Lanuza.

EXPERIENCIA QUE SE MULTIPLICA

La Alianza Internacional de Reforestación (AIRES) ejecutará este novedoso procedimiento de producción de gas en cinco comunidades del Municipio de Estelí como parte del programa de Tecnologías Alternativas Para el Desarrollo Sustentable.

El biólogo Basilio Lorente, representante de AIRES en el Departamento de Estelí, anunció que se gestiona ayuda de organismos internacionales para propagar esta experiencia a las comunidades de Llano Redondo y El Quebracho (Estelí), El Mango, Casa Blanca y Río Abajo, en Pueblo Nuevo.

Lorente Castillo opina que la instalación de los biodigestores contribuye a dar solución al problema de la falta de leña de los hogares campesinos, que se ven obligados a talar los bosques para cocinar sus alimentos.

Lorente Castillo informó que cuenta con el ofrecimiento de la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos para ayudar al financiamiento para la construcción de los biodigestores en beneficio de unas cuarenta familias.

Don Estanislao Lanuza Lanuza, que es experto en la instalación de los biodigestores gracias a la capacitación que ha recibido fuera del país, dijo que uno de los problemas en el proceso es conseguir el plástico y la pega, que son especiales y que solamente se venden en Costa Rica.

Explicó que lo ventajoso de este proyecto es que el resto de materiales se localizan con facilidad en la comunidad y que los biodigestores comienzan a producir gas a los 10 días de construidos.

Señaló que es muy fácil su mantenimiento, porque la materia biodegradable se halla en las comunidades, como frutas y cáscaras podridas, que se le echan a diario para que la fermentación sea más rápida.

¿CÓMO TRABAJA EL BIODIGESTOR?

TECNOLOGÍA: Los residuos orgánicos son conducidos a recipientes o cámaras en los que se lleva a cabo el proceso que está a cargo de las bacterias anaeróbicas, es decir, que se producen con la ausencia de oxígeno.

También como subproductos se obtienen residuos líquidos fuertemente septizados y residuos sólidos que pueden utilizarse como abono orgánico, y finalmente un residuo gaseoso: gas metano o gas de los pantanos.

ECONOMÍA: Su construcción requiere escasa inversión, puesto que se utilizan materiales comunes de fácil acceso: arena, ladrillos, cemento, zinc, pegamento, clavos, reglas, tubos pvc, llaves de pase, plásticos y una pequeña cocina de gas.

APROVECHAMIENTO DE DESECHOS ORGANICOS

Pero… ¿cuál es el secreto de la familia Lanuza? Sencillo, han instalado un “biodigestor” que produce gas artesanal para uso familiar.

Para fabricar ese biogás basta contar con agua residual, paja molida y estiércol de res y cerdo.

El “biodigestor” de don Estanislao es un recipiente hermético que almacena los gases que genera la fermentación de los materiales de desecho; tiene una capacidad de 18 litros y durante el proceso eleva la temperatura a 40 grados centígrados.

Se emplea esta técnica de fermentación con la finalidad de producir biogás (gas metano), a partir de basura biodegradable, desechos agrícolas y estiércol de animales.

El biogás está compuesto del 53 al 70% de metano (similar al propano comercial), del 25 al 45% de dióxido de carbono y de sulfato de hidrógeno.

Físicamente el “biodigestor” está formado básicamente por una pila de fermentación donde se da el mismo proceso que en los pantanos: en la profundidad se descomponen las materias orgánicas y al producirse el gas, éste sale a la superficie.

Ese gas pasa a un tanque de almacenamiento hecho de plástico y de ahí, por tuberías anticorrosivas pasa a las líneas de consumo que están provistas de válvulas de cierre colocadas estratégicamente.

IMPACTO AMBIENTAL:

Los digestores cumplen una función ecológica ideal, ya que reciclan totalmente los desechos de las reses y cerdos a un costo muy bajo.   

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