JUAN CARLOS BOW [email protected]
El principal problema que enfrentan la mayoría de productores de los Pueblos de Oriente es la falta de una institución que les brinde créditos para el desarrollo de sus cultivos, pues únicamente logran financiamiento para la siembra tradicional, donde no pueden aplicar nuevas tecnologías, según los productores.
Dionisio Sáenz, productor de granos básicos (arroz y frijoles), de la zona de Masatepe en Masaya, dijo que para la siembra de primera no cuenta con el financiamiento de nadie, pues no encontró una institución con intereses accesibles, lo que le retrasa el buen desarrollo de sus cultivos.
“Las únicas instituciones que dan buenos intereses, sólo prestan dinero para sembrar de una a tres manzanas, lo que me deja sin la posibilidad de ampliar mis siembras o de mejorarlas, pues no ajusta el dinero para abonar o fertilizar la tierra”, explicó Sáenz.
Leopoldo Sabas Sánchez, productor de tomates y frijoles de Niquinohomo (Masaya), aseguró que actualmente no existe una institución que dé suficiente apoyo a los pequeños productores para que mejoren sus cultivos.
“Siempre hay que sembrar sin poder mejorar los cultivos, ya que la semilla es la misma, igual pasa con los abonos y fertilizantes, todos éstos no es que sean malos, sino que no son los más óptimos”, expresó Sánchez.
Al respecto José Manuel López Ríos, vicealcalde de Diriomo, dijo que los productores de ese municipio no han crecido tecnológicamente, pues siempre utilizan los mismo métodos.
“Hasta el momento no existe un organismo que apoye de manera permanente a los pequeños productores, para la mejora de sus métodos de siembra”, expresó López.
“Mientras no haya una institución que se encargue de capacitar o dar créditos a los productores para mejorar su tecnología, el campesino seguirá pensando que arando con un buey y luego volando la semilla a la tierra es la mejor forma para sembrar”, añadió.
Por su parte el alcalde de Niquinohomo, Eduardo Campos Martínez, dijo que la falta de dinero para los campesinos ha hecho que baje la rentabilidad de los cultivos.
“El utilizar la misma forma de siembra cansa a la tierra, a los productores se les puede dar varias capacitaciones pero si no tienen el dinero para implementar lo que aprendieron, es como meter agua a un barril sin fondo”, sostuvo Campos.