CONSUELO SANDOVALJOSE ADAN SILVAHUMBERTO [email protected]
El 11 de julio de 1997, el liberalismo anunciaba públicamente una noticia que suponía la unión de todas sus corrientes a través del nacimiento del Gran Partido Liberal. Tres años después, todos asisten a la misma fecha, pero enfrentando una realidad completamente distinta: la fracción de los liberales en diversas corrientes y tendencias, prácticamente irreconciliables.
El Partido Liberal Constitucionalista (PLC) en el gobierno, conmemorará hoy la efemérides, colocando una ofrenda floral en la tumba en que descansan los restos del general José Santos Zelaya, impulsor de la Libérrima y la Revolución Liberal de 1893, pero por separado y en horas distintas, de todas las corrientes que hoy forman parte de la misma doctrina.
José Antonio Alvarado, aún Secretario General del PLC es la mayor muestra de esa división. El directivo liberal anunció recientemente la formación de un nuevo movimiento, sin abandonar el partido, pero que lucha por abrir espacios que mantiene cerrados la estructura oficial.
“Continuaré reclamando por lograr una separación diáfana, franca y transparente entre el partido y el Estado. Levantaré la bandera de la anticorrupción en toda la sociedad y promoveré la democracia participativa, donde no haya exclusiones, porque la representativa va quedando obsoleta”, enfatizó Alvarado.
Sin embargo, para el liberal disidente y diputado ante el Parlamento Centroamericano (PARLACEN), Sergio García Quintero, el Liberalismo no tiene nada que celebrar.
A su juicio, el liberalismo atraviesa una de las más profundas crisis de su historia política, superior incluso a la de 1979, cuando la Revolución Sandinista lo dejó proscrito por una década.
“Antes las críticas contra el liberalismo venían de afuera y ahora los embates son de adentro hacia fuera, al ser las propias estructuras las que piden un cambio que al no darse, lo llevan irremediablemente al naufragio”, subrayó.
COMPORTAMIENTO NATURAL
No obstante, desde la perspectiva del vicepresidente nacional del PLC, José Rizo Castellón, el discurso de “divisiones y tendencias” son parte de un comportamiento natural, especialmente cuando el país entero enfrenta un polémico año electoral.
“Eso no es grave. Las tendencias y los grupos que surgen son de esperarse en un partido liberal con un comportamiento bastante amplio, tanto de fondo como de forma. Alvarado creó un nuevo movimiento, anteriormente Eliseo Núñez creó el suyo, pero son corrientes que no me atrevo a llamarlas disidencias porque nunca reniegan la doctrina”, valoró.
“ALEMAN RESPIRA POR ORTEGA”
Sin embargo, algunos que anteriormente fueron directivos nacionales no muestran igual optimismo. Para García Quintero, el PLC ha robado la imagen del liberalismo con manejo desacertado, en un escenario dominado por la fragmentación de varios partidos liberales con poca representación política, dividiendo incluso el voto.
Esa división está reflejada en la plural existencia de partidos, entre ellos, algunos que han tenido que buscar fusiones con partidos de otras tendencias como el Partido Liberal Independiente (PLI), Liberales de Unidad Nacional (PLIUN), Neo Liberal (PALI), Liberal Nacionalista (PLN), Liberal Constitucionalista (PLC), Movimiento Salvación Liberal (MSL) y el Movimiento Liberales por el Cambio, que impulsa Alvarado desde el seno del PLC.
“El pacto ha llevado al liberalismo al máximo grado de desprestigio político. Pero a Alemán eso no le importa. Ya está proscrito del liberalismo y parece que respira más por los pulmones de Daniel Ortega que por la verdadera ideología liberal que mañana (hoy) pretende celebrar”, afirmó.
“No podría ser nada raro que producto del pacto, se fusione más adelante el 11 de julio con el 19 (de julio) y se busque una fecha intermedia, para que Alemán y Ortega celebren juntos sus triunfos políticos. No veo, de ninguna manera, cómo puede celebrarse una fecha de aniversario”, concluyó el ex directivo liberal.