- De la nada y la tristeza a la
posesión de una casa digna, hubo apoyo, pero también
esfuerzo y trabajo propio - Con la entrega de cincuenta viviendas completan primera etapa
- Se
construirán 200 casas con un valor de 3,500 dólares
cada una
ALINA LORIO L.- [email protected]
OCOTAL.– Doña Aura Estela Alvarado López, madre de cinco niños, perdió su vivienda y sus pertenencias aquella noche amarga del 31 de octubre de 1998, todo su esfuerzo fue arrastrado por las corrientes producidas por el Huracán Mitch, que dejó luto y desolación en Nicaragua.
Como doña Aura Estela, centenares de familias que habitaban a orillas de cauces y ríos en Ocotal, perdieron sus casas, pero gracias a Dios todos preservaron sus vidas, las autoridades municipales enfrentaron la emergencia y pensaron en la reconstrucción.
Se instalaron refugios en las escuelas, champas de plástico acogieron y dieron protección a quienes en ese momento las necesitaban.
La población local se unió y la alcaldesa elevó su voz de alerta al mundo urgiendo ayuda. Martha Adriana Peralta confiesa que tuvo temor ante ese gran reto, pero “la solidaridad respondió inmediatamente, habían fondos, pero nos esperaba la reconstrucción”, dijo.
Alemania, el País Vasco, España, Francia, Inglaterra, Cuba y los Estados Unidos enviaron sus donativos para el pueblo de Ocotal. La Alcaldía se trazó el reto de garantizar a los damnificados una casa digna que los proteja de la intemperie.
El equipo de promotoría social contratado por la Alcaldía comenzó el plan de trabajo del gobierno municipal, se realizó el censo de los damnificados, talleres de autoestima, consultas de cómo querían sus casas y unidad para vencer las adversidades.
La Alcaldía compró un terreno al oeste de la ciudad. La decisión era mantener la cultura de la reconstrucción.
Se abrió una fábrica de adobes mejorados, se contrató a tres arquitectos y por lo menos a 200 personas, entre albañiles, transportistas y obreros, se organizaron los grupos de beneficiarios que, como requisito, tenían que cumplir 60 días de trabajo en el proyecto…, y se puso manos a la obra.
“PUEBLOS UNIDOS” SERA SU NOMBRE
Aquellas lágrimas de tristeza y desesperación de doña Rosa Lilliam Pérez, de Aura Estela Alvarado, Elda Rodríguez y de otras 47 familias, se convirtieron ahora en lágrimas de alegría, las primeras 50 casas fueron rifadas y ellas se hicieron acreedoras a obtenerlas entre un total de 200 beneficiarios.
Entre cantos, gritos y llantos de felicidad recibieron las llaves de sus viviendas. “Vení, vení, mirá, esta es mi casa”, decían los niños rebosantes de alegría cuando mostraban a otros el inmueble que les tocó.
Son 200 casas valoradas en 3,500 dólares cada una, de las cuales se entregaron 50 a quienes más las necesitaban. Las otras se entregarán en otra etapa que se anuncia para el mes de julio. Todos tendrán sus escrituras, la mayoría a nombre de la mujer e hijos. El barrio se llamará “Pueblos Unidos” en agradecimiento a la solidaridad internacional.
“Pueblos Unidos” es un reflejo de lo que se puede hacer en comunión. El esfuerzo de las autoridades locales que ante una desgracia responde con soluciones seguras y dignas a los desastres, y hermanos del mundo que escucharon la voz de alerta de la Alcaldía”, comentó Sergio Santamaría, que en representación del Instituto de Promoción Humana (INPRHU) y en nombre de todos los ONG llamó a los beneficiarios a cuidar la vivienda.
ES UN GRAN PASO, PERO EL RETO NO TERMINA
La casa no lo es todo. También tendrán los servicios básicos: energía eléctrica con fondos de Taiwan a través de ENEL, agua con recurso institucional y mano de obra del beneficiario, letrinas, escuela que es gestionada por la comuna, un puesto de salud y comedor infantil financiado por el Comité Sol de Swindon Inglaterra, calles bien conformadas, un complejo técnico vocacional promovido por los Padres Agustinos, una unidad de transporte colectivo, la reforestación y la generación de empleo.
Algunos de esos elementos están en camino, otros todavía son un problema que amerita de más esfuerzo local, del Estado de Nicaragua y de la solidaridad internacional, “pero es el próximo paso”, dijo segura la alcaldesa de Ocotal quien confiesa que su mayor preocupación es el empleo y la seguridad alimentaria de las 200 familias del nuevo barrio.
PUEBLOS COOPERANTES
Estado de Wiesbaden – Alemania
Comité Nueva Nicaragua de Wiesbaden (ONG) – Alemania
ONG HONEK – País Vasco
Ayuntamiento de Rubí (hermanamiento) – España
Rubí Solidario (ONG) – España
Comité Sol de Swindon (hermanamiento) – Inglaterra
Caja Duero de Salamanca – España
Ayuntamiento de Pamplona – España
Hábitat Cuba – Cuba
Universidad de Liet Lérida – España
Fondo Catalán – España
Ayuntamiento Robres Wescer – España
Villa de la Corniev – Francia
Mónica Anderson (personal) – Suecia
ACSUR Las Segovias – España