- “El problema es que este año no tuvimos suficiente producción y el Gobierno debe ayudarnos, por lo menos hasta septiembre, porque ¿a quién más le vamos a pedir?”, expresó Tomás, un veterano miembro de la tribu
(AFP)
MONTAÑA DE LA FLOR, HONDURAS.– La comunidad internacional y el Gobierno hondureño intensificaron este miércoles una operación por tierra y aire, para abastecer de alimentos a los xicaques o tolupanes de La Montaña de La Flor que enfrentan una de las peores hambrunas de su historia.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) envió a la zona, ubicada a 150 kilómetros al noroeste de Tegucigalpa, 27 toneladas de alimentos, como arroz, maíz y frijoles, con los cuales pretende mitigar el hambre de unos 1,500 indígenas, por lo menos durante un mes.
Mientras funcionarios del PMA arriban a las tribus más alejadas en vehículos de doble tracción a dejar la comida, helicópteros UH-1H de la Fuerza Aérea Hondureña abastecen de medicinas al único centro de salud de la comunidad.
En plena miseria, los indígenas viven en chozas de bahareque y paja instaladas en la ladera de una exuberante zona montañosa de maderas preciosas, como caoba y cedro.
El martes pasado llegó a visitar a los indígenas harapientos la esposa del presidente Carlos Flores, la estadounidense Mary Flake. La primera dama entregó alimentos, y algunos se comieron hasta barras de jabón, constató la AFP.
“El problema es que este año no tuvimos suficiente producción y el Gobierno debe ayudarnos, por lo menos hasta septiembre, porque ¿a quién más le vamos a pedir?”, expresó Tomás, un veterano miembro de la tribu.
“Desde el Mitch sólo hemos venido para atrás”, lamentó el campesino, al referirse al hecho de que aún sufren las consecuencias del huracán que devastó a Honduras, en octubre de 1998.
El pastor de la Iglesia Evangélica, Antonio Martínez, explicó que la falta de alimentos en la tribu es causada porque la tierra se ha vuelto improductiva y ellos carecen de insumos para hacerla producir en forma eficiente.
“Aquí debe hacerse un plan bien definido a corto, mediano y largo plazo, en una forma integral, no solamente de producción sino de educación y salud”, sugirió Martínez.
Según el religioso, la ayuda alimentaria que les llega “sólo quita el hambre por un día, y estamos muy preocupados y orando a Dios para que no sólo vengan a darle a la gente el pez, sino a enseñarles a pescar”.