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Yambito por zarpar, ¿olvidará su corazón?

EDGARD [email protected] Julio “Yambito” Gamboa descansa frente al televisor, recuerda, medita, frunce el ceño, salta de la butaca y suelta una maldición… Esta cambiando las cintas de video correspondientes a sus tres peleas por título, lanza un puñetazo al aire y grita: “Diablos, si hubiera logrado crecer lo suficiente frente a Machado, estaría defendiendo el […]

EDGARD [email protected]

Julio “Yambito” Gamboa descansa frente al televisor, recuerda, medita, frunce el ceño, salta de la butaca y suelta una maldición… Esta cambiando las cintas de video correspondientes a sus tres peleas por título, lanza un puñetazo al aire y grita: “Diablos, si hubiera logrado crecer lo suficiente frente a Machado, estaría defendiendo el título mundial, no buscándolo por cuarta vez… Por Dios, ¿qué fue lo que me pasó?…¿Por qué no pude ser tan agresivo y decidido como contra Satoshi Ida y Jorge Eliecer Julio?”… Regresa a la butaca y continúa revisando las cintas.

Ciertamente, ¡qué diferentes se veían las imágenes!.. De aquel Yambito ansioso, aguerrido, despreciando todo tipo de riesgos, con el corazón entre sus dientes, no tuvimos mucho en la reciente pelea con el venezolano Félix Machado.

“Sé lo que significa esta cuarta oportunidad. Volveré a ser tan fiero como siempre lo fui. Lo clave es no dar tregua y tener suficiente fondo físico para sostener un ritmo intenso”, dijo en entrevista concedida al programa Doble Play, mientras se tocaba el corazón, como si pretendiera comprobar que estaba latiendo correctamente, que en esta ocasión, estará en su equipaje, que no lo dejará olvidado.

Hace una semana Julio “Yambito” Gamboa era una figura borrosa, que tambaleaba entre la confusión en el miedo. A un poco más de una semana de su pelea con Félix Machado y casi por milagro, el fuerte pegador nicaragüense se ve revitalizado y con el problema del exceso de peso aparentemente bajo control.

Salió del gimnasio en 119 libras, hay sonrisas y se fugaron los temores. Julio ha comenzado a vaticinar sobre su destino el próximo 22 de julio en Miami y en él no hay cabida a las excusas. Sus frases se repiten, pero están llenas de confianza.

“Tengo fe. Seré un boxeador distinto. Tengo confianza y ganas de superar mi última actuación. No puedo fallar porque pelearé con todo, con todas mis fuerzas, mi alma y pondré todo el corazón”, reza como si divisara una luz al fondo del túnel.

Yambito está dispuesto a levantar la cresta y a sacar las garras. En sus ojos se escapa el brillo mortífero de la amenaza. “Voy a llegar a Miami cerca del peso y descansaré dos días antes de la pelea para llegar con todas mis fuerzas a la pelea, incluso tengo planes de subir en 115 libras al avión que me lleve a Estados Unidos”, sentencia.

Conquistar un sueño ha sido una marcha bajo el sol para el Yambito, fallar contra Satoshi Iida, ante Jorge Eliécer Julio y más tarde en una pelea que se inclinaba a su favor ante Machado. La pelea de desempate será distinta.

Julio dice que ha resuelto sus problemas con su equipo de trabajo, a pesar que se abrió un hueco en la relación entre boxeador y apoderado, la intención de todos es la misma, para Luis Escorche, Mario Arce y hasta para el sparring Jorge Luis Balbuena, los problemas han quedado enterrados.

Asegura que no cometerá los errores de la primera pelea y que por su cabeza sólo piensa en el título. “Soy mejor que Machado… Lo golpearé consistentemente y no dejaré que corra. En esta ocasión lo conectaré abajo para restarle piernas, eso me falló en la primera pelea. Sé que puedo noquearlo”.

Lo esencial, es que no olvide su corazón. Debe revisar muy bien su equipaje antes de zarpar.  

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