14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

Claudia Poll es tica

TITO [email protected] Algunos se disgustaron con las declaraciones de la nadadora costarricense Claudia Poll. Sí, digo costarricense. ¿Qué otra cosa iba a ser si llegó a la vecina nación de cinco años nada más? Es lo único que recuerda y que conoce. Su hermana Silvia fue medallista olímpica para Costa Rica. ¿Se imaginan la fiesta […]

TITO [email protected]

Algunos se disgustaron con las declaraciones de la nadadora costarricense Claudia Poll. Sí, digo costarricense. ¿Qué otra cosa iba a ser si llegó a la vecina nación de cinco años nada más? Es lo único que recuerda y que conoce.

Su hermana Silvia fue medallista olímpica para Costa Rica. ¿Se imaginan la fiesta que debió ser eso? Silvia se tuvo que casar a toda prisa con un nadador tico para sacar la nacionalidad. En realidad, probablemente Silvia sí recuerde Chinandega y Las Colinas, recuerdos algunos muy tristes.

Es lógico que la hermanita menor pensase que ella quería también una medalla para Costa Rica.

Lo que la muchacha es también, además de tica, es falta de experiencia. Alguien me ha contado que para todo consulta con su entrenador; es obvio que en su deseo de concentrarse exclusiva y totalmente en la natación no ha tenido tiempo de adquirir cierto pulimento necesario afuera de una pileta.

Su respuesta a las preguntas de Hijalmar Padilla debió haber sido algo así como esto: “en Costa Rica he crecido, he hecho amistades, he ido al colegio y me he hecho nadadora. A este país debo lo que soy y me siento completamente costarricense. Pero tengo un lugar especial en mi corazón para Alemania, la tierra de mis padres, y para Nicaragua, que me vio nacer. ¿Usted es nica? Me le lleva un saludo a todos los nicaragüenses”. Y allí muere.

Para en la próxima. Quizás haya que recordarle a su entrenador que las piscinas no sólo son agua con cloro, también tienen orillas…

EL BEIS Y LAS DESGRACIAS

No hay duda que cuando ocurre una tragedia el instinto de la mayoría de la gente, que es bien intencionada, es olvidarse de diversiones y tratar de ayudar a las víctimas. Parece hasta sacrílego jugar o narrar béisbol cuando nuestros semejantes sufren, mueren, lloran.

La primera vez que viví esa situación fue en diciembre de 1972, cuando el terremoto que asoló Managua.

La última, cuando el Huracán Mitch, donde asistimos a través de los medios de comunicación al dantesco espectáculo de ver la punta de un cerro derrumbarse hasta la base, matando a miles de personas y arruinándole la existencia a decenas de miles.  

Deportes

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí