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En Sudáfrica tiene lugar una operación gigantesca para proteger a miles de pingüinos amenazados por una marea negra surgida tras el derrame de 500 toneladas de petróleo en el mar el 23 de junio. LA PRENSA/AP.

Operación ¡Salvemos a los pingüinos!

Un derrame de petróleo puso en peligro al 40% de la población mundial de pingüinos cerca de las costas de Sudáfrica Centenares de voluntarios han alimentado a 17,000 de estos animales para salvarlos de la muerte (AFP) CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica.— “Peter”, “Pamela” y “Percy”, tres pingüinos salvados de una marea negra en Sudáfrica, se […]

  • Un derrame de petróleo puso en peligro al 40% de la población mundial de pingüinos cerca de las costas de Sudáfrica
  • Centenares de voluntarios han alimentado a 17,000 de estos animales para salvarlos de la muerte

(AFP)

CIUDAD DEL CABO, Sudáfrica.— “Peter”, “Pamela” y “Percy”, tres pingüinos salvados de una marea negra en Sudáfrica, se han convertido en tres semanas en celebridades mundiales, mientras donaciones y propuestas de colaboración llegan del mundo entero en socorro de 50,000 de sus congéneres.

En el medio del mar, entre Port Elizabeth (costa sudeste) y Ciudad del Cabo (suroeste), 22,000 pingüinos nadan de regreso a las Robben Island y Dassen Island, islotes situados frente a las costas del Cabo, de donde fueron evacuados en barcos y luego en camiones y aviones, antes de ser devueltos al mar a 800 kilómetros de distancia.

Este gigantesco y poco común periplo por mar, tierra y aire, tuvo por objetivo salvar a estos pingüinos africanos, especie protegida de la que el 40% de la población mundial vive en aguas del Cabo, luego que un tanquero se hundiera el 23 de junio en la zona, virtiendo en el mar 500 de las 1,300 toneladas de combustible que transportaba.

Esta marea negra representaba un grave peligro para los pingüinos. La idea de organizar ese periplo era que, en el tiempo que los animales tardaran en volver a sus islas, es decir entre dos o tres semanas según sus fuerzas, la contaminación se habría reabsorbido o habría sido limpiada.

EL AVANCE DE “PETER”, “PAMELA” Y “PERCY”

Desde que empezó el salvamento, los ecologistas, pero también miles de internautas del mundo, siguen cada día el avance de “Peter”, “Pamela” y “Percy”, tres pingüinos equipados con un dispositivo electrónico que permite controlar vía satélite su progresión entre Port Elizabeth y Ciudad del Cabo.

El miércoles por la noche, “Peter”, devuelto al mar el 30 de junio, había recorrido más de dos tercios de la distancia, pasado sin dificultades por aguas infestadas de tiburones blancos, y mantenía, con una velocidad media de 1.6 km/h, un buen avance con respecto al “pelotón”, en el que “Percy” ha alcanzado a “Pamela”, que volvió al mar dos días antes que él, pero que ha tenido corrientes menos favorables o bien optó por remolinear en aguas en las que abunda la pesca.

Hasta ahora 36,400 personas se conectaron con la dirección internet de la página, dedicada a esta operación, la mayoría de ellas de noche, lo que hace pensar que hay no pocos internautas amigos de los pingüinos del otro lado del Atlántico, indicó el profesor Les Underhill, del Instituto de Ornitología de la Universidad del Cabo.

Desde hace quince días, decenas de benévolos llegan a Ciudad del Cabo desde Estados Unidos e Inglaterra, para unirse a los 800 que trabajan ya limpiando y alimentando a otros 17,000 pingüinos que sufrieron las consecuencias de la marea negra y que son tratados en distintos centros de la costa.

Esta enorme operación podría resultar un gran éxito ecológico y una mina de conocimientos para los ornitólogos, pero el jueves seguía planteando tres interrogantes:

Primeramente, una tormenta anunciada para el fin de semana que podría romper el casco del barco naufragado antes de que pueda extraerse el combustible que aún queda en él, lo que provocaría una marea negra aún más grave. Con lo cual, los pingüinos habrían nadado 800 kilómetros en vano.

En segundo lugar, el costo de la operación, estimado en 2,000 rands (300 dólares) por pingüino, que —pese a los numerosos donativos— deja ya entrever una batalla entre organismos de protección de la fauna y compañías de seguros del buque. Y, finalmente, la actitud que adopte a plazo la opinión pública sudafricana ante esta carísima operación en favor de animales, en un país en el que cerca de la mitad de la población vive en la miseria.  

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