MANUEL SOZA V. – [email protected]
EL ROSARIO, CARAZO.– La travesura de un joven con trastornos mentales al manipular la palanca de cambios de un microbús, y que al ponerlo en neutro tomó una pendiente, causó la muerte de un señor evangélico de nombre Daniel Guzmán Parrales (56).
El hecho insólito se produjo el pasado fin de semana en el sitio conocido como El Puente, cuando Alfredo Carmona Nicoya dejó aparcado el microbús ASIA-Combi a orilla de la casa de la familia Hernández y se dirigió a Jinotepe a realizar gestiones personales.
Cuando Carmona Nicoya regresó notó la ausencia de su microbús, que cubre la ruta El Rosario-Jinotepe y al preguntar a los moradores de la casa de los Hernández le dijeron que el joven José Luis Narváez lo había estado “traveseando”.
Agregan que al parecer el joven, de unos 18 años de edad, tocó la palanca de los cambios por lo que el vehículo salió en dirección a la propiedad de José Chavarría y arrolló al ciudadano Daniel Guzmán Parrales.
Guzmán Parrales, pequeño productor de El Rosario, fue trasladado al hospital regional Santiago y debido a su estado muy grave lo enviaron al “Lenín Fonseca” en Managua, pero murió en el trayecto. El autor del hecho no fue detenido ya que es una persona “eximente”, según un informe de la Policía.
Al respecto familiares de Alfredo Carmona manifestaron a LA PRENSA que José Luis Narváez ese día andaba acompañándolo, pero que al aparcar el microbús el joven se quedó en el mismo sitio, pero fuera del vehículo.
Todavía le dijo que “cuidado quedaba de vago” pero cuál fue su sorpresa al regresar a Jinotepe y encontrarse con la tragedia. Según doña María Nicoya, madre de Alfredo, a la familia doliente se le dio la caja y todos los gastos del funeral.
Sin embargo, al ser consultada la familia de la víctima dijeron no estar de acuerdo con la decisión del juez que conoció el caso al resolver que “en esta situación no hay ningún culpable”, mucho menos José Luis porque es enfermo mental.
Empero, la señora Paula Guzmán, hermana de don Daniel y otros familiares dicen que sí hay culpables y que es obligación de las autoridades investigar a fondo, además de que fue muy mínima la ayuda económica recibida, puesto que sólo el ataúd dio la Cooperativa y un poco de café y pan.