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Una muestra de los niños trabajadores que reciben reforzamiento escolar por la tarde en el Movimiento Infantil Luis Alfonso Velásquez Flores. LA PRENSA/L. VARGAS.

Aumentan los niños en situación de riesgo

Un estudio realizado por el Ministerio de la Familia en los municipios de Jinotepe, San Marcos y Diriamba indicó que hace dos años existían unos 800 menores en riesgo. Las proyecciones de MIFAMILIA indican que esta cifra alcanzaría actualmente a unos dos mil niños del departamento de Carazo LUCIA VARGAS C. – [email protected] CARAZO.– La […]

  • Un estudio
    realizado por el Ministerio de la Familia en los
    municipios de
    Jinotepe,
    San Marcos y
    Diriamba indicó que hace dos años existían unos 800 menores en riesgo. Las proyecciones de MIFAMILIA
    indican que esta
    cifra alcanzaría
    actualmente a unos dos mil niños
    del departamento de Carazo

LUCIA VARGAS C. – [email protected]

CARAZO.– La tradicional pasividad de este departamento se ha visto interrumpida por un nuevo problema social: los niños huelepega que deambulan por las calles de Jinotepe, Diriamba y San Marcos y que a juicio de las autoridades policiales constituye un foco de riesgo para la niñez de estas localidades.

Unos quince niños en edades de ocho a diecisiete años forman parte de lo menores huelepega que deambulan por las calles de Jinotepe. Algo similar ocurre en Diriamba y San Marcos.

Partiendo de un estudio realizado por el Ministerio de la Familia (MIFAMILIA), hace un par de años, en el que se señalaba que unos 800 menores de edad se encontraban en situación de riesgo en sitios como parques, mercados, paradas de buses y terminales, se estima que ahora la cifra aumentó y unos dos mil niños se encontrarían en esta situación.

Según las estadísticas de MIFAMILIA, el municipio con mayor índice de problemas sociales es Diriamba, zona donde se ha detectado gran presencia de expendios de droga, licor, venta clandestina de pega y casas donde se prostituye a menores de edad en situación de riesgo, pero que nadie denuncia por temor a represalias.

Berta García Herrera, delegada de MIFAMILIA en Carazo, dijo a LA PRENSA que en el año 1999 se atendieron 57 casos de abandono en niños de cero edad hasta trece años, cuya causa principal fue la migración de sus padres al vecino Costa Rica.

Para García la situación tiende a aumentar y eso es preocupante, por lo que considera necesario impulsar un trabajo conjunto de la sociedad, organismos no gubernamentales, Gobierno y la familia. “Me gusta ser positiva y creo que a través de campañas sistemáticas, con la apertura de más centros de educación, apoyo de las ONG, estabilidad económica y trabajo, creo que se puede hacer algo todavía”.

EL ABUSO SEXUAL, OTRO MAL SOCIAL

Tania Guevara, psicóloga y coordinadora de área técnica de MIFAMILIA, aseguró que el abuso sexual en niñas y niños es bastante marcado en las ciudades como en el campo, pero en el caso de Carazo no se conocen porque sus padres no los denuncian por temor o por pena.

“Este tipo de abuso –dijo– está destrozando a nuestros niños y niñas y lo peor es que sus mismas madres a veces son encubridoras del padre o padrastro por temor a la soledad y al desamparo económico”.

Guevara señala que tanto el abandono como el maltrato físico y la violación son los principales motivos que tiene un niño para dejar su hogar y usar la calle como refugio. “La mayoría de niños que hoy están en la calle han pasado por estas situaciones”. MIFAMILIA maneja un número considerable de estos casos “y por lo general la madre cubre al agresor y abandona a su hija, hasta con embarazo”.

UN POCO DE CARIÑO, ALIMENTO Y ALEGRIA

En Carazo, el Movimiento Infantil “Luis Alfonso Velásquez” (MILAVF), Los Quinchos, El Patriarca, entre otros ONG, trabajan por dar a los niños de la calle una oportunidad de estudiar, aprender manualidades, pertenecer a un liga deportiva, alimentarse y tener un techo.

Xiomara Rivera, coordinadora del Movimiento Infantil “Luis Alfonso Veláquez Flores” MILAVF, informó que brindan cobertura a todo el departamento con el financiamiento de la Agencia de Cooperación Danesa (DANIDA), con un perfil de atención a niños trabajadores que son captados en la calle con el objetivo de insertarlos al sistema educativo.

El proyecto que inicialmente apoyó a niños inhalantes, hoy atiende a menores de 7 a 15 años que trabajan para llevar ayuda a sus hogares, y se encaminan a carreras técnicas. “Ahora tenemos a 55 menores en atención integral y 80 en el programa específico del MILAVF”, dijo Rivera.

PEQUEÑAS VICTIMAS INVADEN LAS CALLES

Denis y Harbin, de 12 y 11 años respectivamente, son visitantes consuetudinarios del Parque Central de Jinotepe, donde pasan el tiempo pidiendo un peso al que transita por el sitio, y una vez que logran conseguir tres córdobas o más se van al mercado municipal a comprar el vaso de pega, que es vendido sin ningún control.

Ambos son originarios de esta ciudad y habitan en los barrios El Cementerio y La Antena. Según dijeron han estado en el MILAVF y Los Quinchos, pero no lograron adaptarse y prefirieron seguir en la calle.

En el caso de Harbin, su progenitora, que vive en la ciudad, ha intentado ayudarlo, pero él no ha podido lograr salir de ese mundo a pesar de haber estado en Los Quinchos.

Estos pequeños desconfían de todo el que se les acerca, excepto de los sicólogos, maestras y trabajadores sociales de los ONG que les han dado atención, como es el caso de Ricardo Baltodano, psicólogo del MILAVF, quien los visita en el parque o en cualquier sitio de la ciudad en que se encuentren.

Para Baltodano, dedicarles un momento de su tiempo, es parte del trabajo de convencimiento que él realiza. En esos instantes, aprovecha para preguntarles qué hacen, qué desean hacer, etc. y los niños le dicen: “ya nos queremos salir de esto, ayúdeme”.

“Ya ellos me conocen y cuando me ven corren a platicar o a pedirme comida”, dijo el psicólogo, quien además los acompaña a tomarse un refresco en la glorieta del parque jinotepino, y si puede los lleva a comer al corazón del mercado, donde doña Auxiliadora Conrado.

Conrado dijo a LA PRENSA que tiene dos años de vender comida en ese lugar con el objetivo de que estos niños tengan la oportunidad de almorzar a un precio de cinco córdobas. “Vienen como 15 chavalitos al mediodía, pero a veces no ajustan el dinero y yo se los acomodo para que no perezcan”.

VENTA DE PEGA SIN CONTROL

Para Xiomara Rivera, del MILAVF, la respuesta a estos problemas sociales la tiene el Estado y la Comisión de la Niñez y la Adolescencia, la que a través de su delegación municipal “tiene que velar porque nadie les venda pega a menores en los mercados”.

A criterio de Rivera, esto no se ha controlado en todo el departamento, dado que los comerciantes de pega abiertamente facilitan la droga a los niños.

Según el psicólogo Baltodano, se necesita hacer valer la ley de decreto municipal creada hace dos años que mandata al Ministerio de Salud (MINSA) a prohibir la venta de veneno, medicinas y pega en los mercados y a ejercer mayor control sobre las vendedores de estos productos.  

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