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Centros de Desarrollo Infantil se resisten a desaparecer

Son 29 centros en el país, donde se atiende a 1,800 niños y niñas menores de seis años, que requieren la colaboración de la empresa privada y de la comunidad Educadoras se sienten satisfechas de cuidar a los menores 12 horas seguidas, mientras sus padres trabajan Ministra de la Familia, dice que cada CDI en […]

  • Son 29 centros en el país, donde se atiende a 1,800 niños y niñas menores de seis años, que requieren la colaboración de la empresa privada y de la comunidad
  • Educadoras se sienten satisfechas de cuidar a los menores 12 horas seguidas, mientras sus padres trabajan
  • Ministra de la Familia, dice que cada CDI en conjunto con los padres de familia, tienen que crear sus propias formas de subsistencia

KARLA MARENCO [email protected]

Son “una carga” para el gobierno y han escapado de ser cerrados en varios momentos, pero los 29 Centros de Desarrollo Infantil (CDI) que funcionan en el país, subsisten gracias a la perseverancia y cariño de las educadoras que ahí trabajan cuidando cinco días a la semana a centenares de niños y niñas menores de seis años, para que otras personas puedan trabajar.

Es lógico que para cualquier madre o padre es difícil dejar a sus hijos en sitios extraños, con personas desconocidas, pero en estos centros los menores son tratados con mucho respeto y consideración, casi como que fueran los hijos de las educadoras, según lo que ellas mismas expresan.

Además, los CDI son una necesidad para muchas madres solteras que tienen que trabajar como domésticas, vendedoras en los mercados, secretarias, en fin, un sinnúmero de actividades que no les permiten estar al cuido de sus hijos en el día.

Hay gente que no se imagina que todavía existen los CDI y que éstos necesitan ayuda, porque con la subvención económica que reciben del Ministerio de la Familia (MIFAMILIA) y la colaboración “simbólica” de los padres, no alcanza para cubrir todas las necesidades.

Pilo Barilla López, directora del CDI “Mildred Abaunza”, ubicado detrás del Mercado Iván Montenegro, explicó que por cada niño que se atiende en un CDI, MIFAMILIA les asigna 120 córdobas, pero con esa plata tienen que pagar planilla, Seguro Social, INATEC, servicios básicos y la alimentación de los menores, que es la primera prioridad para su buena nutrición y crecimiento.

Los niños desayunan y almuerzan, pero entre uno y otro tiempo de comida hay una merienda. Se está tratando de que los pequeños consuman las calorías necesarias para su desarrollo, con buenos e higiénicos alimentos, pero se necesita más dinero para poder comprar la comida indicada.

Según doña Pilo, si tuvieran que ponerle un precio a las necesidades que tiene cada niño, tendrían que disponer de por lo menos 600 córdobas mensuales por cada uno.

“Lo principal para nosotros es la alimentación de los niños, porque hay muchos que sólo vienen por eso. Fíjese que hemos notado que cuando pasan sábado y domingo en su casa a lo mejor no tuvieron qué comer y cuando regresan el lunes, vemos que comen con un hambre y una desesperación que se nota que la pasaron mal el fin de semana”, relató la funcionaria.

En el país existen 29 CDI, sólo en Managua funcionan nueve en los diferentes puntos cardinales de la capital. Hay algunos que tienen 120 niños y otros casi 300, en total son unos 4,200 niños que son cuidados de siete de la mañana a seis de la tarde, de lunes a viernes.

Para Barilla, los CDI “son la alternativa para solucionar el problema de los niños, porque en vez de que queden solos en sus casas o en la calle expuestos al peligro, aquí reciben estimulación, educación, alimentación, recreación y cariño”.

“Estos centros son de gran ayuda porque las mamás pueden irse a trabajar tranquilamente, sabiendo que sus niños quedan seguros”.

La mayoría de personas que dejan a sus hijos en los CDI, son de escasos recursos, que no pueden pagarle a una empleada 600 córdobas para que los cuiden.

“A los niños de 3 a 6 años, por ejemplo, les enseñamos hábitos higiénicos y culturales, formas de comportamiento” y muchas cosas parecidas a las que reciben en un pre-escolar, por eso los CDI son supervisados por las autoridades del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes (MECD).

La directora del CDI “Sol de Libertad”, dice que ellos reciben ayuda esporádica de algunas instituciones para mejorar el trabajo con los niños y constantemente viven gestionando apoyo con las empresas e instituciones, pero no se logra mucho o casi nada.

En los CDI, en ocasiones, se atienden niños con ciertas limitaciones mentales y físicas, pero con el estímulo de las educadoras, el cariño y la atención que les dan, se han logrado cambios extraordinarios. Algunas veces atienden niños con síndrome de Down, Rubenstein (retardo mental que puede ser leve o severo), hipo acústicos (casi no oyen) y otros.

“Yo invito a todas las personas e instituciones a que vengan a visitarnos y conozcan nuestro trabajo, yo creo que va a haber mucha sensibilización cuando vean la felicidad que los niños expresan, esto no tiene precio, ni nosotros cobramos por ver la belleza de los niños”, sostuvo la profesora Pilo Barilla.  

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