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Niño chinandegano dejó de lustrar y caminó hasta EE.UU.

Sus padres lo abandonaron a los seis años de edad “Un buen samaritano” le ayudó a cruzar la frontera VALERIA [email protected] El adolescente Santos Ramón Zepeda Campos, quien se fue caminando desde Chinandega hasta Arizona, Estados Unidos, dijo a LA PRENSA que emigró porque desea estudiar derecho, para defender a “capa y espada” a los […]

  • Sus padres lo abandonaron a los seis años de edad
  • “Un buen samaritano” le ayudó a cruzar la frontera

VALERIA [email protected]

El adolescente Santos Ramón Zepeda Campos, quien se fue caminando desde Chinandega hasta Arizona, Estados Unidos, dijo a LA PRENSA que emigró porque desea estudiar derecho, para defender a “capa y espada” a los niños de la calle, que están expuestos al maltrato.

Para llegar a los Estados Unidos, Zepeda caminó durante 13 meses y algunas personas caritativas le dieron de comer. En Tijuana trabajó como camarero en un hotel y le pagaron 40 dólares. Con ese dinero compró algo de ropa, declaró vía telefónica.

Expresó que en Guatemala encontró a un “buen samaritano” que le ayudó a cruzar la frontera entre México y Estados Unidos, para llegar a su destino final.

Sin embargo, al cruzar la frontera por Tijuana los agentes de Inmigración le quitaron la ropa y lo maltrataron. Él fue detenido porque alteró su edad. Dijo a los agentes de la patrulla fronteriza que tenía 18 años, cuando en realidad tiene 16.

“Él mintió por consejo de un adulto, quien le aseguró que si alteraba su edad lo dejarían en libertad, pero no fue así. Estuvo detenido dos meses en una celda solitaria (segregación administrativa) porque otros detenidos pretendían acosarlo sexualmente, además tenía que probar su edad”, sostuvo Christopher Nuget, director del Florence Immigrant and Refugee Rights Project (Proyecto para la Defensa de Refugiados e Inmigrantes de Florence).

Un juez de Inmigración, después de observarlo constató su edad y decidió liberarlo el pasado lunes 17 de julio, otorgándole permiso para residir en ese país. “Él puede calificar para la residencia permanente bajo el programa Inmigrantes Especiales, pero tendrá que pelear su caso ante la Corte de Inmigración de Phoenix”, declaró.

SUS PADRES LO ABANDONARON A LOS SEIS AÑOS

Santos Ramón aseguró que a los seis años fue abusado sexualmente y abandonado por sus padres, pero desconoce los motivos del abandono.

Comentó que de sus progenitores sólo recuerda el nombre Santos Ramón Zepeda y María Elena Campos, y de sus 12 hermanos no recuerda nada. Dijo que durante dos años, una señora llamada Elena lo crio como si fuera su hijo, pero falleció.

Santos Ramón dijo que deambuló por las calles de Chinandega desde los ocho años y durante ese tiempo vivió duros momentos, porque la Policía Nacional y los pandilleros lo maltrataban.

En la calle su vida transcurrió entre paradas y terminales de buses, el mercado, árboles y cualquier otro lugar donde podía esperar la salida del sol para iniciar su labor de limpiabotas.

Explicó que la caja para limpiar botas se la regalaron “Daniel Tijerino e Isabel”, pero al iniciar su viaje hacia los Estados Unidos la vendió en veinte córdobas.  

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