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SOMOTILLO.– Un proyecto de rehabilitación agrícola y ambiental impulsa en seis municipios del norte de Chinandega el organismo no gubernamental “Solidaridad Internacional (SI), con el propósito de beneficiar a más de mil familias campesinas, que han disminuido su capacidad productiva.
Con ese proyecto SI pretende cubrir dos mil kilómetros cuadrados del territorio, en una región que ha sido escenario de violencia, desastres naturales y con una población con alto índice migratorio.
“Pretendemos garantizar la seguridad alimentaria de los campesinos de la zona, elevar el nivel de vida, y colaborar a mejorar el medio ambiente”, dijo el coordinador del programa, Francisco Garzón, quien expresó que durante dos años desembolsarán 87 millones de pesetas, obtenidos por el gobierno vasco, el ONG SI, la UNAG y los beneficiarios.
El total los beneficiados son seis mil 643 personas, un poco menos del 10 por ciento del conjunto de pobladores de los seis municipios, es decir, que se escogió a 90 productores en San Pedro, 80 en San Francisco, 150 en Cinco Pinos, 100 en Santo Tomás, 300 en Somotillo y 302 en Villanueva.
Dirigentes campesinos identifican como sus más graves problemas el empobrecimiento general de la zona norte de Chinandega, la vulnerabilidad frente a los fenómenos naturales y ante los políticos, migración de la fuerza laboral, entre otros males.
Los bajos rendimientos productivos se originan por la acción de prácticas productivas inadecuadas, degradación de suelos, daños al medio ambiente y nulo acceso al crédito.
Se espera que del proyecto resulten por lo menos 400 fincas con un plan de manejo integral que incluya sistemas agroforestales y diversificación de la producción. Además que 500 familias, como mínimo, tengan seguridad alimentaria y que unas 100 hectáreas de pastizales frenen la erosión del suelo y sirvan de alimento para el ganado.
Todas las actividades de los beneficiarios están encaminadas a mejorar las condiciones ambientales de la zona. Se planificaron 70 acciones formativas dentro del operativo que ya cumplió su primer año y que entre otros objetivos contempla potenciar las fincas, la conservación del suelo y de las fuentes de agua, capacitación en fertilizantes biológicos y ecológicos, barreras vivas, cultivos no tradicionales y producción de plantas forestales.