EDGARD RODRIGUEZ C. [email protected]
El dos de agosto de 1996, mientras se desarrollaban los Juegos Olímpicos de Atlanta, los Yanquis de Nueva York, consiguieron una significativa ventaja en su oferta y firmaron a los tiradores nicaragüenses Oswaldo Mairena y Omar Varela.
Organizaciones como Kansas City y Medias Blancas entre otras, habían manifestado un visible interés en los nicas, pero orientados por Luis Tiant, quien fungía como coach de pitcheo de Nicaragua en Atlanta, se logró un buen acuerdo.
Ambos recibieron 48 mil dólares, lo que en ese momento significó la más alta cantidad de plata recibida por un pinolero al momento de firmar… Claro, ahora Gonzalo López elevó el récord hasta los 725 mil, que le entregará Atlanta.
De ese modo, los dos chavalos, extraídos del campo por don Humberto Galeano, daban un importante salto en sus carreras y quizá lo más importante, es que lo hacían juntos, lo que constituía un estímulo para ambos y a la vez un reto.
“La idea es que Mairena se vuelva un especialista en zurdos y que Varela sea un cerrador”, decía en aquel momento, Jorge Oquendo, quien los firmó para los Yanquis. Hoy Jorge no está en Nueva York. Tampoco Varela. Y ahora ni Mairena.
Oquendo saltó a los Rojos como coordinador de scouts en Latinoamérica. Varela viajó a la organización de los Marineros, quienes lo tienen en Clase A, donde está fajado. Y ahora el zurdo Mairena pasa a Chicago, a cambio de Glenallen Hill.
“Siempre quise jugar toda mi carrera junto a Omar, pero eso no lo podemos controlar. Sí me alegra saber que está fajado con el Lancaster. Y ahora me toca a mí, aprovechar este movimiento que lo considero mi gran chance”, dice Oswaldo.
Mairena tuvo la gentileza de comunicarse con LA PRENSA y este fue el diálogo.
-¿Te sorprendió el cambio?
“No. Realmente esperaba salir hacia algún lado. Pensé que iría hacia Cleveland cuando se consiguió a David Justice. Después se nos dijo que podríamos ser enviados a Cincinnati en el cambio que trajo a Denny Neagle, pero la cosa fue a Chicago”.
-¿Supongo que te agrada mucho la transferencia?
“Claro que sí. No tengo ningún resentimiento con los Yanquis. Me trataron muy bien en diversos momentos como el huracán Mitch y si me bajaron a Doble A, fue porque había demasiada gente en el Columbus, pero me voy agradecido”.
-¿Qué se te ocurre puede pasar en Chicago?
“Bueno, considero que tengo más oportunidades. Su sistema de ligas menores no ha sido tan productivo como el de los Yanquis y hay pocos zurdos según lo que me comentaron. De modo que yo espero ir a Triple A y pronto a las Grandes Ligas”.
-¿Sentiste drástica la diferencia entre AA y AAA?
“Creo que la mayor diferencia es que se viaja en avión y uno tiene que andar con buenos trajes, pero lo demás es igual. Desde luego, los bateadores tienen menos errores, están más listos y uno debe ser muy preciso, pero no me asustan”.
-¿Qué comprende tu repertorio?
“Mi recta camina a un promedio de 91 millas. A veces la lanzo hasta 92 ó 93, pero es en 91 donde más permanezco. Ustedes conocen el dominio que yo tengo de las curvas en varias direcciones. Y ahora lanzo con propiedad el slider, sinker y cambio”.
-¿Creés que podés sacar outs en las Mayores?
“Claro, por eso estoy aquí. Mi desarrollo no ha sido sólo técnico, sino también mental y no repito mis errores. Mi reto es terminar éste o el otro año en las Mayores y como Chicago no tiene chance de ir al play off a lo mejor subo ahora”.
Mairena está sólo a la expectativa de su ubicación. Jamás imaginó ir a Chicago. Y pensar que hace apenas unas semanas, compartía su apartamento con Jackson Melián, quien está en Cincinnati ahora. Ninguno sospechó las movidas.
Aún con Chicago, Oswaldo tiene que socar para llegar a las Mayores, pero lo esencial es que él tiene fe y confianza en sus herramientas.