- “Pretendemos construir hornos técnicamente mejorados y que sean resistentes a los sismos”, expresó Campos, mientras señaló que sólo van a necesitar que los beneficiarios aporten la mano de obra y barro
- “Estas piezas eran valiosísimas para ellos y no las van a reponer jamás”, lamentó Campos al explicar que eran usadas para exhibición
LUCIA VARGAS C. – [email protected]
SAN JUAN DE ORIENTE.- Un esfuerzo para la sobrevivencia familiar en este municipio realizan ocho instituciones, entre las que se encuentra la empresa privada, ONG, artesanos individuales y del Estado, con el fin de financiar la reconstrucción de 180 hornos que corresponden a igual número de familias.
Para ese efecto, se conformó un comité de apoyo. Entre los donantes se destacan el Ministerio de Finanzas (MIFIC), Instituto de la Pequeña y Mediana Empresa (IMPYME), Metropolitana de Seguros, Instituto para la Promoción y Desarrollo (IPADE), Instituto Comercializadora, Asociación de Ceramistas Quetzalcóatl y Micolait.
Los representantes de esos organismos se reunieron este lunes para hacer entrega de 60,000 ladrillos de barro que fueron comprados en La Paz Centro.
César Campos Chávez, coordinador de proyectos de IPADE dijo que se realizó un estudio minucioso entre las familias afectadas para hacer una entrega equilibrada y evitar que se duplique en la misma familia. Asimismo, explicó que la entrega irá acompañada de la asistencia técnica que darán ingenieros especialistas en la materia.
“Pretendemos construir hornos técnicamente mejorados y que sean resistentes a los sismos”, expresó Campos, mientras señaló que sólo van a necesitar que los beneficiarios aporten la mano de obra y barro.
Según los datos ofrecidos por Campos, 184 artesanos perdieron 6,106 piezas de cerámica a un precio de 50 córdobas la unidad, lo que suma en costos reales cerca de medio millón de córdobas. El funcionario aseveró que la Asociación “Quetzalcóatl” perdió trece piezas de su patrimonio, cuyo valor lo habían alcanzado con premios y reconocimientos en el exterior.
“Estas piezas eran valiosísimas para ellos y no las van a reponer jamás”, lamentó Campos al explicar que eran usadas para exhibición. Los representantes de dichas instituciones al unísono expresaron que los artesanos necesitan recuperar su “capacidad para producir y así puedan vender sus piezas, puesto que de eso viven”.
Freddy Lumbí, representante de los artesanos individuales, manifestó que ahorita la población necesita comida, mientras pasan los dos meses que tienen como meta para terminar los hornos que andan en un valor aproximado de 1,500 córdobas cada uno.
Los entrevistados consideran que la pérdida en hornos asciende a los 300,000 córdobas, pero reconocen que esta desgracia dejó algo positivo, pues los artesanos que antes del terremoto no tenían horno, ahora van a adquirirlo.
La comisión, por su parte, dijo que están pensando no sólo reconstruir lo perdido sino mejorar la eficiencia de éstos para lo cual se entregaron 150 parrillas de hierro colado, además de contar con la asesoría de Gregorio Bracamonte, especialista en construcción de hornos.
El miércoles 26 se llevó a cabo una demostración de cómo se hace un horno mejorado antisísmico en la plaza pública de San Juan de Oriente con el fin de capacitar a los interesados. Luego de construido quedará como un monumento en honor al trabajo que allí se realiza.