- “Teníamos capacidad para disputar el primer lugar pese a nuestra juventud. Pero flaqueamos por nerviosismo de los jugadores nuevos”, dijo Guillermo Palacios, capitán del equipo nicaragüense
HIJALMAR PADILLA [email protected]
El balonmano, un deporte con apenas 10 años de jugarse en el país, está brindando más frutos que otras disciplinas que incluso ya ajustan los 50 años y hasta el siglo de practicarse en Nicaragua.
Una selección nacional se clasificó el último fin de semana al Campeonato Panamericano Junior de Balonmano que se efectuará en Nueva Orleans, Estados Unidos, en febrero del 2001.
Lo lograron en el I Torneo Pre-Panamericano de Balonmano que se desarrolló del 26 al 29 de julio en Tegucigalpa, Honduras.
Después de jugar para .500 puntos, como se valora el rendimiento en el béisbol, al ganar dos partidos y perder igual cantidad, una escuadra de jóvenes esforzados le volvió a brindar gloria a la nación azul y blanco.
Hace un año, en 1999, casi la misma tropa de aguerridos jovencitos, conquistó el título durante el Campeonato Centroamericano Juvenil de Balonmano en Cartago, Costa Rica.
Nicaragua obtuvo el boleto al Panamericano resumiendo un balance de 1-2 en la etapa preliminar.
Se perdió 34-27 ante Honduras, se derrotó 35-22 a Guatemala y se cayó 29-23 frente a Costa Rica.
Así se promovió a la fase final con derecho a pelear el tercer lugar y la clasificación al Panamericano.
En el juego clave se superó 28-24 a Guatemala mientras Honduras doblegó 28-22 a Costa Rica para ganar el torneo.
“Teníamos capacidad para disputar el primer lugar pese a nuestra juventud. Pero flaqueamos por nerviosismo de los jugadores nuevos”, dijo Guillermo Palacios, capitán del equipo nicaragüense.
Jugadores claves en la gira fueron: Bismarck Alonso concretando 21 goles. Le siguió Marlon Picado (17), Guillermo Palacios (15) y Juan Carlos Alvarez (12).
En total el conjunto nicaragüense anotó 113 goles y permitió 110 con los porteros Gilbert González y Léster Mejía.
De todos modos no se le puede exigir mucho más a una escuadra de heroicos jovencitos que prácticamente se prepararon por su propia cuenta.
Para mayor ardor se fueron a Honduras sin el respaldo económico justo, mientras iban transbordando vehículos hasta llegar a Tegucigalpa con la esperanza de realizar sus sueños.
Y lo consiguieron.