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Ustedes saben que yo no le hago “swing” al boxeo; es una posición de principios y no de gustos (me emociona profundamente que algún nicaragüense gane un título mundial). Sencillamente, yo no considero que castigar físicamente a un ser humano sea deporte.
Diferente sería si los boxeadores estuvieran completamente protegidos y los guantes fueran casi almohadas; entonces la contabilidad por puntos mandara. Actualmente, es como si el tiro se practicara usando a algunos individuos parcialmente protegidos como blanco… Y ni mencionemos a los Don King de este mundo.
Pero también he dicho que si en mis manos estuviera eliminar o propagar el boxeo en Nicaragua, lo impulsaría, por la sencilla razón que es un medio para que algunos muchachos y sus familias salgan de la pobreza. Cada nica que se enriquezca nos enriquece a todos, aunque los estúpidos vivos que mandan en el país (y en el deporte) no se den cuenta. Mientras sobran vivos, no hay nadie inteligente.
Pero esa es otra tragedia. La verdad es que el boxeo nos ha brindado desde momentos tristes hasta emocionantes y heroicos. Todo el mundo recuerda la pelea entre el “Ratón” Mojica y Chartchai Chionoi, las tres coronas de Alexis Argüello, y las gestas de Eddie Gazo y Adonis Rivas. Pero hay otras, muy humildes y muy calladas.
Ramón Romero, el popular “Romerito”, me contó una de esas historias.
El viernes pasado hubo una velada amateur de siete combates en el gimnasio “Alexis Argüello” (que se debiera llamar “Alexis y Eduardo Argüello”), en la que intervinieron cinco boxeadores de La Concepción (popularmente “La Concha”), departamento de Masaya.
Según Romerito, las condiciones bajo las cuales entrenan los masayas son completamente primitivas, a la brava; para colmo “vinieron por su cuenta”, dice. Ganaron dos y perdieron tres.
Noé y Genaro Aguirre triunfaron, mientras que el público “abucheó” la victoria de Pedro Sánchez sobre José Prado. Elmer Cerda y Ezequiel Aguirre perdieron, pero en conjunto “brindaron las mejores peleas de la cartelera”, asegura Romerito.
Yo digo que aunque hubieran perdido las cinco esos concheños son verdaderos triunfadores, y me siento tan orgulloso de ellos como de nuestros campeones mundiales.
LA PULPERIA
En el programa de Radio Nicaragua del domingo a las cinco de la tarde, René Chavarría (espero no equivocarme) pasó una entrevista con Willie Hooker, en la que nuestro más grande relevista de todos los tiempos (por lo menos hasta que Vicente Padilla termine la temporada del 2000) dice que le pagaron los Medias Blancas de Chicago cinco mil dólares por firmar en 1957.
“Quiere decir”, dice Willie, quien vive en Guatemala, “que al valor de hoy día serían unos $60.000”. O sea que ni Oswaldo Mairena ni Omar Varela le habían roto el récord (absoluto) hasta que Gonzalito López lo hizo…