EDGARD TIJERINO M.
El brazo derecho de Jeff Brantley, a los 37 años y con 13 de servicio en las mayores, se está convirtiendo en escombros… Eso provoca que un escalofrío recorra las vértebras del manager de los Filis Terry Francona.
¿Cuándo una ventaja de recta final es segura para un equipo tan lleno de necesidades como el de los Filis?…Nunca.
El propio Brantley rehúsa ver por TV, los videos de sus relevos… No es nada recomendable cuando se registra 5.57 en carreras limpias con 31 imparables en 32 entradas y un tercio, una cifra llamativa de 32 ponches, pero con 20 pasaportes concedidos… Gana un juego y pierde 4, y ha puesto su firma en 17 rescates.
Vamos, no es material negociable… No con esas cifras a la orilla de su certificado de nacimiento.
“Ese no soy yo”, dice Brantley cuando ve las repeticiones girando bruscamente sobre uno de sus talones, como si pretendiera borrar recientes recuerdos que no lo dejan dormir.
¿Qué le duele más a Brantley, el brazo o la cabeza?…¿O sus números borrosos?.
Los Filis, retando dificultades, han logrado, contra viento y marea, un poco al bolsazo, organizar una rotación decente… Los aterrizajes de Bruce Chen, Omar Daal y Ken Botenfield, le permiten ahora reactivar su agenda montícular a Francona.
Pero la inseguridad del bullpen está envejeciendo prematuramente al joven manager, quien busca con cierta desesperación, una transfusión de optimismo.
Cuando los Filis recibieron la escopeta de Vicente Padilla, se contempló la posibilidad de utilizarlo como un apoyo sólido de Brantley al entrar el juego al pozo de las angustias.
Un equipo condenado al fondo de la tabla de posiciones, necesita imperiosamente, un buen cierre montícular para evitar el escape de sus escasas posibilidades de vencer.
Hace una semana, en el vestidor de los Filis en el Veterans Stadium, recurriendo a la ayuda de los colegas boricuas Will González y Carlos Morales, Francona me dijo: “El cerrador es Brantley, pitcher de experiencia y recursos… El seguirá siendo el hombre para ese trabajo, no hemos pensado aplicar variantes”
¿Y Padilla?, pregunté.
“Tiene facultades sin duda, está cultivándose muy bien, pero le hace falta mucho para desembocar en un rematador… Llegará a serlo, pero ese día aún está distante… Eso sí, llegará serlo”
Bueno, me dije, mientras tanto Vicente continuará construyéndose, sin sentirse presionado… Eso le favorece, tiene el tiempo a su favor.
Ahora, según lo publicado en las secciones deportivas de los diarios de Filadelfia, Francona ha rectificado… Frente a los temblores de Brantley él está pensando en lo que puede aportar Padilla como rematador.
Súbitamente, se abre un buen espacio para el nica… Ya veremos si ha conseguido la suficiente madurez para aprovecharlo.
En medio de nuestra ansiedad, eso es algo alentador.