- Abre hoy la convención demócrata que confirmará la fórmula presidencial del 2000, Gore-Lieberman
- El candidato republicano Bush con 9 puntos de ventaja en sondeos
LEON BRUNEAULOS ANGELES/AFP
Miles de delegados demócratas se reunirán en la Convención Nacional del partido entre hoy y el jueves en Los Angeles, decididos a impulsar al vicepresidente Al Gore a la Casa Blanca en noviembre próximo y listos para dar el adiós al presidente Bill Clinton.
Los 4,368 convencionales demócratas son conscientes de la importancia del momento: de una suave transmisión de timón entre Clinton y Gore dependerán en buena medida las posibilidades del Partido Demócrata de conservar el poder en la Casa Blanca otros cuatro años.
Cuarenta años después de haber investido a John F. Kennedy en 1960, los demócratas se reencuentran en la misma ciudad californiana para plebiscitar a Gore, que iniciará la semana con su imagen revigorizada, pese a la desventaja que hoy le asignan las encuestas frente a su rival republicano, George W. Bush.
Según un sondeo del diario The Washington Post y la televisión ABC publicado el sábado, Bush tiene actualmente un 52% de la intención de voto, por el 43% de Gore.
Durante la convención, los demócratas investirán oficialmente a Gore, de 52 años, como candidato a la presidencia, y a Joseph Lieberman, un senador judío practicante de 58 años, como su compañero de fórmula para enfrentar al binomio republicano Bush-Dick Cheney en la elección presidencial del 7 de noviembre.
Para Gore, la semana es crucial por más de un motivo: debe reivindicar a su favor la prosperidad económica que ha acompañado al gobierno Clinton durante ocho años, pero al mismo tiempo marcar su independencia del presidente.
“Quiero dar (a Estados Unidos) un nuevo comienzo”, afirmó en una reciente entrevista. “Queremos tener una Casa Blanca diferente”.
Arribado el viernes a Los Angeles junto con su esposa Hillary, Clinton fue la estrella durante el fin de semana, participando junto a celebridades en galas para recaudar fondos. El mandatario tomará la palabra el lunes ante la convención y partirá el martes.
“De hecho, se trata de la primera prueba verdadera para Al Gore como candidato nacional”, consideró el analista Paul Light, de la Brookings Institution de Washington. “Pero no es tarea fácil superar a un patrón que, pese a sus defectos, es una supernova. Ninguno de nosotros intentará hacer la comparación”.
Decenas de miles de personas, entre ellas 15,000 periodistas, comenzaron a llegar este fin de semana a Los Angeles para participar de esta ‘gran misa’ demócrata que se celebrará en el Staples Center, un centro ultramoderno para deportes y espectáculos.
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