Gustavo Ortega Campos [email protected]
El siete de agosto pasado se realizó la intervención de parte de la Superintendencia de Bancos (SIB), en el Banco Intercontinental, S.A. (Interbank), entidad que se había colocado en los primeros puestos del sistema financiero.
La supuesta causa de la intervención fue la irregularidad en el otorgamiento de préstamos hasta por 128 millones de córdobas a 13 empresas ligadas a la Agropecuaria Renacer de San Miguel (Agresami) adscrita al consorcio Conagra, propiedad de los hermanos Alex y Saúl Centeno Roque.
Paralelamente el Estado en la persona del Procurador de la República, interpuso una denuncia contra los representantes de la Junta Directiva del Interbank y de Agresami por supuestos delitos de estafa y asociación ilícita para delinquir.
En ese momento el Banco Central de Nicaragua respaldó los depósitos de los ahorrantes lo que no evitó el pronto retiro masivo de las cuentas por parte de los clientes de la entidad. Los cafetaleros de la zona de Matagalpa, anuncian que estudian la posibilidad de realizar un embargo preventivo contra Agresami, debido a cheques sin fondos recibidos en pago por la cosecha que entregaron a esta empresa.
Actualmente se encuentran más de seis millones de dólares en bonos de prenda que no cuentan con respaldo, se encuentran circulando en el Sistema Financiero Nacional, según informó Alfonso Llanes, Vicesuperintendente de Bancos de Nicaragua.
Dirigentes del Frente Sandinista denunciaron un supuesto plan del gobierno para ahogar a las instituciones financieras que supuestamente tienen capital sandinista, a las que se vincula Interbank.
Al respecto Llanes descartó que la intervención del Interbank fue una estrategia técnica donde no hubo involucramiento político.
La Superintendencia de Bancos en el Interbank explicó que al frenar los retiros de los depósitos de los ahorrantes, se entraba en una etapa de capitalización de la institución, en la cual podría estar interesado el Estado.