- La cuarta parte de las personas asesinadas por ETA, desde 1968, eran guardias civiles
- Una bomba-lapa colocada bajo el vehículo, frente al cuartelillo de la guardia civil, hizo explosión al arrancar el vehículo
Roland de Courson (AFP)
MADRID.- Dos guardias civiles, un hombre y una mujer, murieron ayer domingo en un atentado con bomba atribuido a ETA contra un coche patrulla en Sallent de Gállego, un pueblo de 500 habitantes del Pirineo aragonés, según la subdelegación del gobierno en Huesca.
El atentado, se inscribe en una de las más duras ofensivas de la organización armada independentista vasca de los últimos años.
Una bomba-lapa colocada bajo el vehículo, frente al cuartelillo de la guardia civil, hizo explosión al arrancar el vehículo, a bordo del cual los dos agentes, Irene Fernández Perada de 32 años y José Angel de Jesús Encinas de 22 años, se disponían a efectuar una ronda matinal.
La guardia civil murió en el acto. Se trata de la primera mujer asesinada desde la reanudación de los actos terroristas de ETA en enero de 2000 y de la primera guardia civil asesinada en un atentado de la organización vasca en 32 años de lucha armada por la independencia del País Vasco.
Su colega, gravemente herido, fue trasladado a un hospital de Huesca donde murió tres horas después del atentado.
“Una enorme explosión resonó en todo el pueblo y se formó un hongo de humo.
El coche fue destruido completamente y sus restos esparcidos en decenas de metros”, explicó a Radio Nacional de España (RNE) el alcalde del pueblo, José Luis Sánchez.
“Espero que la muerte de Irene y de José pesará toda la vida sobre la conciencia de sus asesinos. Son gente sin alma, fascistas”, añadió.
Las primeras sospechas se dirigieron inmediatamente hacia la organización armada independentista vasca ETA, para quien la guardia civil es un objetivo habitual (una cuarta parte de las 780 personas asesinadas por ETA desde 1968 eran guardias civiles).
Con la muerte de los dos guardias civiles asciende a 11 el número de víctimas de ETA desde que la organización armada anunció en diciembre de 1999 el fin de la tregua ilimitada que observaba desde septiembre de 1998. Se trata del segundo atentado contra la guardia civil desde el fin del alto al fuego, después del que causó siete heridos el 6 de marzo en San Sebastián (norte).