- Menores en mayor riesgo son iniciadas en la sexualidad de forma brutal
- La experiencia de trabajo con mujeres dedicadas a la prostitución les sirvió para darse cuenta que muchas que habían sido vendedoras ambulantes, habrían sido objeto de abusos
Maricely Linarte – [email protected]
LEON.- El organismo no gubernamental “Mary Barreda”, trabaja en la ciudad desde hace 10 años para prevenir la prostitución infantil y rehabilitar a las mujeres que se encuentran en público ejercicio de la prostitución.
La coordinadora del proyecto, Mercedes Toruño, afirmó que tienen 175 niñas y adolescentes en los programas que ejecutan.
“Durante cuatro meses realizamos el proceso de captación, visitamos casa por casa los casos que conocemos por familiares o denuncias, para luego integrarlas”, explicó.
Dijo que 47 de los niños que trabajaban 60 horas por semana, a través del proyecto lograron reducir la jornada hasta 12 horas y media. “También contribuimos con las familias con un banco comunitario que tiene una cantidad variable para cada familia. Este dinero no regresa al organismo”, especificó.
El trabajo adolescentes comenzó en 1992 cuando definieron que su labor estaría enfocada a atender menores de entre 14 y 18 años que estuvieran en riesgo. Al año siguiente la prostitución de las adolescentes fue incorporada como un problema a atender.
La experiencia de trabajo con mujeres dedicadas a la prostitución les sirvió para darse cuenta que muchas que habían sido vendedoras ambulantes, habrían sido objeto de abusos.
“Había niñas de la terminal que eran las de mayor riesgo, porque son iniciadas de forma brutal en la sexualidad”, expresa Toruño.
Es por ello que en 1994 empezamos a trabajar con ellas, queremos que tengan conocimientos sobre sus derechos, nos proponemos fortalecer la organización entre ellas, trabajar con la familia para que se sientan respetadas y apoyadas”, añadió.
ERA UNA ALEGRIA FALSA
Una adolescente que se encuentra en el grupo de prevención desde hace dos años, narró cuando abandonó el hogar y se enroló con el cigarrillo, las bebidas alcohólicas y las fiestas “amanesqueras” por influencias de una vecina de 24 años, madre de cuatro hijos, dedicada a la prostitución.
La joven dijo entre frases que hacía todo lo que su “amiga” le sugería, porque se sentía presionada al vivir en su casa y ser alimentada por ella, “además me buscaba acompañantes, me pagaba las entradas a las fiestas y lo que consumía”, detalló.
“Era una alegría falsa porque en el fondo sabía que no era bueno lo que hacía y que no siempre iba a ser joven, además porque dejé de estudiar cuando me fui de la casa. Ella anteriormente había tenido en su casa otras tres niñas”, afirmó la jovencita que ahora tiene 17 años.
Entró al organismo gracias a su madre que desesperada, buscó ayuda. “Este año reingresé al colegio y llevo el primer año con ayuda del organismo que paga la mensualidad, el uniforme y los libros, además ayuda a mi familia con terapias y dinero para que mis padres trabajen”, sonrió, al confesar que quiere ser abogada.
Otra adolescente que tiene 14 años y es parte del grupo, narró que desde pequeña vendió adornos para el cabello en la terminal de buses de León.
“Me daba miedo porque hay muchos buseros vulgares que tocan a las mujeres o niñas a cambio de dejarlas subir a los buses a vender, pero yo siempre me di a respetar y las más pequeñas nos cuidábamos entre nosotras”, aseguró.
Agradece a Dios y al proyecto de no trabajar más en la terminal, porque en esta zona, según ella, hay prostitutas que incitan a las adolescentes a sumárseles.