Dedicado a Osiris García
Una noche,
una noche en que tu rostro
iluminaba el cielo cual luna llena
en el firmamento estrellado.
Una noche, en la cumbre de una estepa solitaria
mirábamos el cielo sin fin, cual dos tórtolos
enamorados, diciendo cosas sin sentido.
Nos acercamos y nos besamos
como si hubiese sido el primer y último
beso de nuestros días
Despacio, nos despojamos
de toda nuestra vestimenta
y nos amamos sin importar
el vestigio de los siglos
Y fuiste mía en la estepa solitaria
y mientras disfrutábamos de nuestro
amor,
deseando estaba yo de no despertar jamás.
Aldo Campos Tellería