Don José María “Chemita” Jerez (89), quien dedicara cuarenta años de su vida a promover la obra de José de la Cruz Mena, falleció en esta ciudad, soñando con un museo en el barrio San Sebastián, a donde fueron trasladados los restos de Mena, y le rindieron un homenaje.
De oficio zapatero, siendo joven, don “Chemita” se vio motivado a rescatar la vida y obra de Mena, al descubrirlo en las melodías que salían del clarinete que tocaba su tío, don Pablo Jerez.
En 1938 –recordaba– le vino la idea que compartió con Marcos Guevara Mendoza, de crear un movimiento para tal fin. A él se sumaron el poeta chorotega, Antenor Sandino Hernández, el profesor Abraham Vanegas, el periodista Lorenzo Sofonías Mayorga y otros, posteriormente por algunas circunstancias se desintegró.
Pocos años después realizó un nuevo esfuerzo, el que sostuvo, recordando cada año de manera pública y con marchas, los aniversarios de la muerte de Mena, cuyos valses –decía– se escuchan en otros países, menos en Nicaragua”.
Propugnaba porque el Teatro Municipal llevara su nombre, lo que consiguió, y además que en actos oficiales de la comuna, después del Himno Nacional, se escuche un vals de Mena.
Chemita también aspiraba a que, en el museo, en honor a José de la Cruz Mena, se abriera también un archivo que se dedicara al rescate de otros artistas, entre ellos el maestro Luis Abraham Delgadillo, José María Santamaría y Anastasio Cordero, “a quienes el pueblo tiene en el olvido”, reclamaba.