- Roncagliolo comparte la preocupación de organismos nicaragüenses sobre el actual proceso electoral
Humberto Meza [email protected]
La corta visita de Rafael Roncagliolo, presidente del organismo peruano “Transparencia”, fue suficiente para hacer suyas las principales preocupaciones de los grupos cívicos nicaragüenses, alrededor de irregularidades en el actual proceso electoral.
Algunas horas después de conducir charlas y debates electorales, Roncagliolo confirmó haber conocido “de primera mano”, las exigencias de la ciudadanía nicaragüense para conseguir apertura a la competencia política y conquistar la confianza ciudadana a la autoridad electoral.
“Son preocupaciones que personalmente considero legítimas. Es importante que una competencia no sea reducida sólo a dos competidores y que todos los actores políticos confíen en su árbitro, o sea el Consejo Electoral”, subrayó.
Durante una entrevista concedida a LA PRENSA, el dirigente cívico peruano analizó la conducción de las elecciones municipales a la luz de la controversial experiencia electoral peruana, que resultó con la segunda reelección del presidente Alberto Fujimori.
En esta ocasión, el organismo dirigido por Roncagliolo fue el primer grupo de observadores que se retiró de la contienda, calificándola de “totalmente fraudulenta”, muy distinta a la posición del Consejo general de la Organización de Estados Americanos (OEA), alrededor de este proceso.
w LAS SEÑALES DEL FRAUDE
A juicio de Roncagliolo, las elecciones peruanas mostraron signos de fraude en el proceso, y no en el conteo final de los votos ni el incumplimiento de las leyes.
“Un fraude también se disfraza en la insistencia por cumplir las leyes y esa es una obsesión que existe en los gobiernos latinoamericanos para dar legalidad a las elecciones, aunque no legitimidad”, agregó.
El proceso electoral de Perú estuvo revestido por la falta de acceso de los candidatos no oficiales a los medios de comunicación, y una sustancial diferencia de un millón y medio de votos y la cantidad de votantes que en realidad participaron.
Ambos casos no se enmarcan entre los cuatro parámetros básicos que los organismos internacionales de observación consideran, para calificar un proceso electoral de libre y transparente.
“Todas elecciones deben significar incertidumbre. Si no tienen este elemento, una elección va a ser predecible cuando el sistema legal ha sido forzado o cuando la exclusión de otros contendientes son evidentes”, añadió.
Según Roncagliolo, los cuatro elementos para definir una elección de “transparente” radican en la aprobación de una legislación neutral (sin inclinaciones políticas), confianza ciudadana en la autoridad electoral, libre competencia y el no involucramiento del Estado a las actividades de campaña electoral.
“Si ninguna de estas condiciones se dan, podríamos estar creando sistemas políticos de monopolio o bipartidismo, que no significan democracia. Los dos casos típicos en América Latina son Colombia y Venezuela, y los pactos bipartidarios que ahí se dieron sólo animaron la corrupción durante cuarenta años y despertaron el descontento nacional que ahora se expresa en violencia”, concluyó.