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Es importante que el CSE reaccione inmediatamente a las preocupaciones y trate de darles algún tipo de respuesta para que no queden reclamos pendiente antes del día de los comicios, dice Murray. LA PRENSA/G. FLORES.

Partidización del CSE “no ayuda a credibilidad”

Cuando la economía no genera suficiente empleo, es un dato que no podemos dejar de notar. Lo que hay que apuntalar es una economía que permita insertar a la población pobre al sistema productivo, pero habrá que ver… “Estoy confiado. Hemos hablado de eso e incluso los miembros del Consejo Supremo Electoral dijeron que están […]

  • Cuando la economía no genera suficiente empleo, es un dato que no podemos dejar de notar. Lo que hay que apuntalar es una economía que permita insertar a la población pobre al sistema productivo, pero habrá que ver…
  • “Estoy confiado. Hemos hablado de eso e incluso los miembros del Consejo Supremo Electoral dijeron que están dispuestos a escuchar y tomar notas de las recomendaciones que hagamos y espero que ocurra”

Arquimedes Gonzá[email protected]

Después de un día lluvioso, en una oficina austera, acompañados del ronroneo de un aire acondicionado y el consumo de dos cigarros, Santiago Murray, Jefe de Misión de los Observadores de la Organización de Estados Americanos para las elecciones de noviembre próximo, llega a la conclusión que el Consejo Supremo Electoral no debe dejar “reclamos pendientes” para el día de las elecciones y así aumentará su credibilidad y prestigio.

Murray, economista de 61 años, divorciado y con dos hijos que viven en Estados Unidos y que se retirará dentro de cuatro años, está convencido que la conformación de los magistrados del CSE debería ser “apolítica” y calificó como un “error” el que también los cuadros técnicos del Poder Electoral sean miembros de partidos políticos.

–¿Qué hizo luego de terminar su misión entre 1990 y 1993 como Jefe de Misión de la Comisión Internacional de Apoyo y Verificación de la Organización de Estados Americanos en Nicaragua?

“Me incorporé a la Unidad para la Promoción de la Democracia de reciente creación en ese entonces. Es un equipo técnico que ha estado en ocho países y fundamentalmente se apunta a fortalecer la institucionalidad de los organismos electorales nacionales en la parte informática, logística, cartografía y capacitación”.

–¿Cómo encontró la Nicaragua de hoy?

“Cambiada. Básicamente si la comparamos con la Nicaragua de 1990, donde había tantos problemas, violencia y las diferencias políticas se resolvían de otra forma. Lo que apreciamos nosotros que vemos detrás de la barrera, es que con el tiempo todo eso se ha ido limando y ahora lo que a veces se lee son amenazas de que tal cosa puede pasar, pero cada vez menos vemos que eso se concreta en acciones y que se está privilegiando la discusión de propuestas de ideas”.

–¿Cuál es el balance?

“No diría negativo. Han sido años difíciles, todavía podemos decir que Nicaragua está en un proceso de transición y seguramente llevará varias elecciones este proceso pero aquí se ha avanzado. Managua está cambiada, se está convirtiendo en una ciudad moderna. No puedo hablar de parte de infraestructura y servicios básicos, pero lo que uno aprecia cuando circula por la ciudad, es el increíble parque automotor y hay nuevas avenidas y acceso y la ciudad creciendo a Carretera a Masaya…”.

–Pero la pobreza es más evidente…

“Claro. Eso es indudable. Cuando la economía no genera suficiente empleo, es un dato que no podemos dejar de notar. Lo que hay que apuntalar es una economía que permita insertar a la población pobre al sistema productivo, pero habrá que ver…”.

–¿Durante estos siete años, visitó Nicaragua?

“Sí, varias veces porque sigo vinculado al proyecto de la OEA y hacemos supervisiones presupuestarias, ejecuciones de los proyectos de vivienda y programas de cooperación técnica”.

–Ahora que viene como observador electoral, qué siente de volver a ver a gente que fue señalada como violador de derechos humanos en el informe de la Comisión Tripartita…

“En el caso de la Comisión, la Corte Suprema de Justicia se pronunció. Es un caso cerrado y si esa fue la decisión de la Corte, tengo que respetarla. He tenido diferencias con algunos sectores políticos pero dejo de lado todo eso. Ahora Nicaragua está en la discusión de las ideas. No tengo interés en volver a temas del pasado y le corresponde a otra gente abrir juicios de valor. Respeto las leyes y queda ahí…”.

–¿Cómo un economista llegó a ser mediador de conflictos y observador electoral?

“¿Qué curioso no?… Creo que siempre estuve vinculado a la negociación. Eran negociaciones realmente muy intensas. Como Secretario de la Comisión Especial de Comercio de la OEA se discutían los problemas comerciales entre Estados Unidos y América Latina. Logramos que se aprobara el Sistema Generalizado de Preferencia con lo que los países de América Latina podían exportar productos sin gravámenes. Todo eso se fue reduciendo con las sucesivas negociaciones del GATT y los márgenes fueron cada vez más pequeños”.

“Todo eso me fue especializando en el tema de negociación y surgió la necesidad de enviar una persona a manejar la Comisión Internacional de Apoyo y Verificación de la OEA (CIAV-OEA) en Nicaragua, que en sus inicios fue negociadora para facilitar el diálogo entre el gobierno sandinista y la Resistencia”.

“Empecé en Washington como Secretario y vine ya prediciendo la CIAV-OEA. Incluso nadie esperaba que la CIAV tuviera el protagonismo que tuvo porque no pensábamos que la desmovilización se daría en territorio nicaragüense y se anticipaba que se iba a dar en Honduras pero de golpe nos encontramos con un tremendo número de combatientes que se estaban desplazando por el territorio y el 18 de abril de 1990 logramos un acuerdo de cese al fuego”.

–¿En qué país ha sido más difícil el proceso electoral?

“Dramático fue en Colombia porque las Fuerzas Revolucionarias habían llamado a un paro y había amenazas a 1,200 candidatos municipales y en esas circunstancias me pidieron que fuéramos como un apoyo solidario a la democracia para acompañar a la ciudadanía a que votara y convencer a las fuerzas rebeldes a que depusieran esa actitud. En ese proceso nos secuestraron a dos observadores y los tuvieron por 11 días pero al final, se logró la liberación”.

“En materia estrictamente electoral, fue en Perú en 1995 cuando fue reelecto el Presidente Alberto Fujimori porque la polarización era total y los partidos políticos días antes de los comicios, se reunieron para discutir un retiro de la contienda pero al final, no lo hicieron. Afortunadamente para la misión, el Presidente Fujimori ganó con amplio margen de 64 contra 36 por ciento de la oposición”.

–En un informe sobre las elecciones en República Dominicana elaborado por usted, afirma que el Poder Electoral de ese país fue “abierto” y “receptivo” a los señalamientos que hizo la observación electoral. ¿Espera ese mismo comportamiento en Nicaragua?

“Estoy confiado. Hemos hablado de eso e incluso los miembros del Consejo Supremo Electoral dijeron que están dispuestos a escuchar y tomar notas de las recomendaciones que hagamos y espero que ocurra”.

–En el informe presentado en 1998, sobre las elecciones de 1996, la OEA hacía varias recomendaciones al CSE…

“¿Acá?…”.

–Muchas de las recomendaciones son problemas que hay ahora con el Padrón Electoral, cédulas, transferencia de datos, impresión de boletas…

“¿Ah, sí?… Me acuerdo del problema de las cédulas pero voy a tener que darle una leída al documento…”.

–El informe de la OEA sobre las elecciones de 1996 fue presentado un año y medio después…

“Eso fue lamentable. Ahora eso se ha corregido. Cuando termine mi observación, regreso a Washington para presentar un informe a todos los Embajadores de la OEA y lo presentaremos en dos o tres semanas”.

–¿Si hay problemas evidentes, los van a decir públicamente?

“Si es necesario. No acostumbro a generar más problemas de los que pueda haber con declaraciones públicas. Voy a agotar todas las instancias de acceso que pueda tener y en casos límite haríamos una declaración pero siempre cuidando de no perjudicar el proceso electoral”.

–¿Qué piensa de la adquisición del CSE de una máquina para fabricar las boletas. Es saludable para la credibilidad del CSE y… conoce otras experiencias?.

“En Ecuador eso es competencia del Ejército, en otros son empresas privadas. Todavía no conozco los problemas. Nadie me ha explicado las reservas que tienen algunos partidos políticos respecto a esta máquina. No veo cómo podrían darse situaciones que atenten a la transparencia y credibilidad”.

–Pero el fondo es que el CSE está controlado por solamente dos partidos…

“Quizás sí, bueno, en un número importante de países, los Consejos Electorales se conforman con representantes de partidos políticos. Tuvimos un caso que un solo partido tenía a todos sus miembros y fue muy difícil pero no es una excepción el caso de Nicaragua”.

–¿Pero se pierde o no credibilidad?

“No, no ayuda a la credibilidad. Sería ideal que fueran apolíticos. Lo que sí me parece que no debería ocurrir, es la conformación partidaria de los cuadros técnicos del Consejo. Ahí se comete un error. La experiencia vista en otros países no ha sido saludable y lo están corrigiendo porque eso da lugar a rotación y los profesionales no logran el manejo completo de sus tareas”.

–¿Cree que hay tiempo para cambiar esto?

“No, no hay tiempo. Sería contraproducente tomar una medida de esa naturaleza”.

–¿Entonces, debe haber desconfianza?

“No, hay que darles el beneficio de la duda. Son la autoridad elegida al margen de la opinión de cómo se eligieron. Hay que darles el beneficio de la duda porque es en la elección donde se van a medir las capacidades de este Consejo en su accionar administrativo y organizativo y así saber lo que va a pasar en las elecciones del año que viene. Pero por supuesto, los partidos verificando a cada paso”.

–¿Con qué facilidad se puede hacer un fraude informático…?

“Es muy difícil. Los partidos deberían contar con cuadros técnicos para hacer una verificación permanente de los sistemas que se usan que es lo que hemos ofrecido al CSE, que un grupo técnico que acompañe, observe y analice los sistemas. Si alguna dificultad se presenta, la norma es a nivel de Juntas Receptoras de Votos y por eso, es ahí donde los fiscales de los partidos deben defender los votos”.

–Van a venir dos semanas antes de las elecciones y creen que podrán tener tiempo para evaluar la situación…

“Sí, vamos a estar viniendo continuamente. La próxima semana llegan dos técnicos jurídicos y viene luego el grupo especialista en informática y yo voy a seguir todo desde Washington. Estamos en Nicaragua. Yo vuelvo en la segunda semana de septiembre”.

–Septiembre será clave para el proceso electoral. Se conocerán las objeciones sobre la conformación de Juntas y el Padrón Electoral, el seis es el último día para reclamo de cédula y el 21 comienza oficialmente la campaña.

“Bueno, la campaña está ¿no? Pero no son fechas tan graves. El Consejo tendrá que tomar notas de las objeciones y el lanzamiento de la campaña es un punto más en el proceso”.

–¿Qué esperaría del CSE durante este proceso?

“Espero que tengan gestos respecto a las quejas de los partidos. Es importante que el CSE reaccione inmediatamente a estas preocupaciones y trate de darle algún tipo de respuesta para que no queden reclamos pendiente antes del día de los comicios. Esto ayuda a la credibilidad y confiabilidad del CSE”.

–¿Y la colaboración con la observación nacional…?

“Eso es una materia pendiente. No pude reunirme con los miembros del Grupo Etica y Transparencia que están conformando un grupo de observadores numerosos. Hay que sumar, coordinar con otros y así trabajar mejor. Los observadores nacionales conocen la realidad y tienen información muy valiosa”.

–¿Por qué fue el pedido de inmunidad para los observadores?

“Je… je… Es una terminología muy diplomática pero se reduce a esto: Asegurar que vamos a tener un acceso irrestricto a la información desde las Mesas de Votaciones hasta los centros de cómputo”.

–¿Usted tiene propiedades en Nicaragua?

“No. Recuerdo que siempre me adjudicaban una, pero no. Ojalá hubiera comprado porque el valor se ha multiplicado mucho”.  

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