- Clinton enfatiza la importante
misión de las Naciones Unidas de garantizar la paz de manera efectiva - A pesar de buenos ánimos, nadie espera remediar los males del planeta
Nicole Winfield/AP
NACIONES UNIDAS. La Cumbre del Milenio, una reunión sin precedente de dirigentes mundiales, se inauguró el miércoles para tratar de fijar el rumbo de las Naciones Unidas en el siglo XXI, y en particular sus iniciativas para lograr la paz mundial.
La inauguración de las sesiones, sin embargo, se vio enturbiada por una noticia que trajo de nuevo al primer plano los retos que enfrenta el organismo internacional: el asesinato de tres empleados de la ONU en Timor Occidental.
Después de un minuto de silencio en su memoria, el presidente norteamericano Bill Clinton pidió a los países representados en la reunión que suministren los recursos necesarios que requieren las Naciones Unidas para mantener la paz.
También buscó el respaldo del mundo en la tarea de lograr un acuerdo entre los israelíes y los palestinos en el Oriente Medio: “Tienen la oportunidad de hacerlo, pero como todas las oportunidades en la vida, es fugaz y está a punto de perderse”.
Clinton afirmó además que debe hacerse un esfuerzo mayor por “frenar el comercio de productos que generan el dinero que hace más rentable el conflicto que la paz, ya sean los diamantes en África o las drogas en Colombia”.
PROPUESTAS RUSA Y CHINA
El presidente ruso Vladimir Putin, por su parte, pidió la realización de una conferencia internacional en Moscú para prohibir la militarización del espacio, una respuesta a las propuestas norteamericanas para un sistema antimisilístico.
El presidente chino Jiang Zemin instó a las naciones del mundo a comprometerse a vivir en paz y seguridad.
“La mentalidad de la Guerra Fría debe abandonarse de una vez por todas”, declaró. “Y debe establecerse un nuevo concepto de seguridad basado en la confianza mutua, el beneficio mutuo, la igualdad y la cooperación”.
Mientras tanto, unos 2000 partidarios del movimiento espiritual Falun Gong, reprimido por Pekín, protestaron frente a la misión china ante la ONU.
Algunos de ellos practicaban ejercicios de meditación. Lucían casacas de un amarillo chillón con la inscripción “Basta de perseguir a Falun Gong” y cartelones que rezaban “Practicar Falun Gong es un derecho”, mientras hacían oír música china.
Los tres días de sesiones han congregado aquí a más de 150 monarcas, presidentes y primeros ministros, en lo que constituye la mayor reunión jamás celebrada de gobernantes mundiales.
¿PERO… RESOLVERÁN ALGO?
Pero pese al buen ánimo prevaleciente entre los participantes, nadie se hacía ilusiones de que la Cumbre del Milenio pudiese cambiar al mundo y remediar sus males.
Un ejemplo de lo que puede suceder es la denuncia de Corea del Norte, que dijo el martes que Estados Unidos es un “país agresivo” debido a la revisión de los miembros de la delegación norcoreana cuando cambiaban de avión en Alemania. El incidente provocó que Pyongyang cancelara el viaje de Kim Yog Nam, líder de la Asamblea Legislativa de ese país comunista, quien habría de reunirse con el presidente surcoreano Kim Dae-jung en la cumbre.
La aerolínea American Airlines se disculpó por la revisión y dijo que ninguna agencia gubernamental estadounidense había intervenido.