- Aprovechar globalización para acabar con miseria y marginación, sugirió Zedillo en su despedida de la política mundial
- Fujimori propone destinar fondos incautados a narcotráfico para esos mismos fines
(EFE)
NACIONES UNIDAS.- La lucha contra la pobreza, los efectos de la globalización y la posibilidad de que las reformas de la ONU puedan aliviar la situación de Latinoamérica fueron los asuntos que centraron las intervenciones de los líderes del continente ante la Cumbre del Milenio concluida este viernes.
Los presidentes de México, Costa Rica, Perú, Uruguay y Bolivia expusieron sus preocupaciones por la evolución económica ante el largo centenar de jefes de Estado o de Gobierno participantes en la Cumbre del Milenio de la ONU.
Ernesto Zedillo, presidente saliente de México, estimó que la globalización puede ser parte de la solución a problemas como la pobreza y la marginación, y que para avanzar en los problemas hace falta reformar las Naciones Unidas.
“Es convicción de México que la independencia política de las naciones y la libre determinación de los pueblos deben respetarse plenamente aún en esta nueva era de globalización económica, financiera y de la información”, dijo el mandatario.
Coincidió con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, en que la mundialización ofrece grandes oportunidades, pero por ahora sus beneficios se han distribuido de forma desigual, consideró que la globalización “no es el problema”.
Los avances, dijo Zedillo, no se producirán sin “las reformas urgentes” de la ONU, haciéndola “más democrática y representativa, más eficiente y útil a todos”.
COSTA RICA CRITICA ALZA DEL PETRÓLEO
El presidente costarricense, Miguel Angel Rodríguez, criticó el alza de los precios del petróleo, cuya última subida costará a la comunidad internacional 280,000 millones de dólares.
Con ese dinero se podría proporcionar servicios de salud a 1,100 millones de personas en el mundo, reducir la mortalidad infantil y elevar la esperanza de vida, dijo Rodríguez, que consideró que es “urgente detener esa fuente de empobrecimiento de millones de personas”.
Esas cantidades servirían, enfatizó, para construir 28 millones de viviendas para los pobres, dar educación primaria a 550 millones de niños, y secundaria a 430 millones.
En su intervención, el presidente de Perú, Alberto Fujimori, prefirió eludir temas generales, para referirse concretamente a la necesidad de obtener recursos económicos para luchar contra la pobreza que consideró “la meta más trascendente” de esta cumbre.
Ante la fuerza que ha cobrado el tráfico internacional de drogas en el mundo, Fujimori estimó que, “sin descuidar la lucha directa para erradicarlo”, se deberían “utilizar las cuentas y bienes incautados de los narcotraficantes para contribuir a la realización de esa meta”.
PRACTICAR “LIBRE COMERCIO”
En su discurso, el presidente de Uruguay, Jorge Batlle, exigió que se respete la libertad de comercio de la que “tanto se habla y que tan poco se practica”. Batlle insistió en que la libertad de comercio “es hoy más necesaria que nunca en un planeta que la globalización ha empequeñecido y ha hecho interdependiente”.