- Un millón y medio de córdobas se invirtió en el viaje a los Juegos Olímpicos. Los primeros resultados fueron humillantes
- En lugar de malgastar el dinero se debería invertir en la preparación básica para los Juegos Centroamericanos, que sí están a nuestro alcance
Edgard Tijerino M. [email protected]
¿A qué vamos?, preguntamos desde aquí cuando se garantizó el viaje de Nicaragua a los Juegos Olímpicos de Sydney… De pronto, ese inútil Comité Olímpico se puso las pilas haciendo un vigoroso reclamo al gobierno, y lanzando una advertencia verdaderamente conmovedora: si no vamos, nos sancionan.
Qué escalofrío señores… Si no deberíamos ir, aunque nos regalaran todo, porque podríamos darle un mejor uso a ese aporte… Los Juegos Olímpicos, no son para nosotros. Nunca lo han sido.
Uno de esos dirigentes deportivos “sacrificados”, defendió el viaje porque era una forma efectiva de estimular a los atletas… Naturalmente era un disfraz. Lo que se pretendía, era ir a conocer Sydney con todos los gastos cubiertos, tomarse fotos y vídeos, estar en cenas con altos personajes olímpicos, y luego regresar a casa alegremente, con otra página del pasaporte llena, y sentarnos a seguir viendo el deterioro de nuestro deporte, para dentro de cuatro años, volver a los mismos reclamos.
Cómo voy a sentirme estimulado en el mismo heat eliminatorio con el espectacular nadador australiano Ian Thorpe, si mi preparación no tiene nada que ver con la que realizaron los que siempre tuvieron a Sydney en la mira, pensando que lo importante es competir, no sólo participar, o exclusivamente viajar.
Vamos, en lugar de malgastar casi millón y medio de córdobas, no era más estimulante crear algunas condiciones básicas para el adiestramiento de nuestros atletas, planificar la presencia pinolera en los Juegos Centroamericanos y los C.A. y del Caribe, y olvidarnos de los Olímpicos.
Imagínense, yo le reclamo al gobierno que necesito estar en un concurso con la gente del New York Times, Le Equipe, La Gazeta de Sports, Sunday Times, The Mirror, para hacer el ridículo, en lugar de solicitar cursos que mejoren mi nivel periodístico y que no cuesten tanto… Voy, vengo más derrotado que Napoleón en Moscú porque ni siquiera me presento bien armado, y luego pregunto: ¿Qué adelanté?… ¿Qué experiencia cultivé?… ¿Cuál fue la utilidad?
Cada vez que regresamos de unos Olímpicos las historias son las mismas… Nos convencemos que deportivamente vivimos en Macondo, sin buenos días, Aurelianos o Arcadios, sólo malos, y que continuamos atravesando por 100 años de soledad.
EL CAOS DE NUESTROS DEPORTISTAS
El nadador Marcelino López estaba fuera de competencia. El muchacho, que es ingeniero forestal y ahora estudia Administración, fue enviado a un reto a lo imposible, y falló. ¿Qué queríamos?… Que sin someterlo a los años de acondicionamiento que tienen todos los que estarán en cada uno de los ocho carriles, presentara pelea… Por favor, no seamos ilusos…
Tomemos a Orlando Vásquez, ese brillante ganador de 9 medallas Panamericanas, la más grande hazaña de atleta pinolero en el amateurismo. Lo metimos en el congelador y ahora queremos verlo tumbar sus propias marcas… ¿Acaso es tan fácil como comerse un filete de corvina?
Rigoberto Calderón lanza jabalina, y aparece inscrito en 100 metros… ¿Cómo pudo ocurrir eso?… ¿A qué fuimos?… Ahora se habla de regresar al atleta y al miembro de la Federación Juan Argüello. No se trata de llamar por teléfono a Nagarote y decirles que tomen el próximo bus.
Okey, fuimos, nos inscribimos, nos asoleamos un rato y regresamos… Todo eso costó millón y medio de córdobas, o quizás un poco más… ¿Valió la pena?… ¿Por qué no se utilizó ese dinero en otra dirección?… ¿Cuánto cuesta organizar unos Escolares del Pacífico, por tres días con los 20 mejores atletas de cada departamento?… ¿O un evento en el Atlántico con el scouteo necesario?… Para nuestros dirigentes lo importante no es competir sino viajar, y para viajar hay que gastar, “tú sabes”.
¿QUE HACER?
Olvidémonos de los Juegos Olímpicos, a menos que aparezca un fenómeno como Alexis Argüello, o un pesista como Orlando Vásquez en plena proyección y con suficiente soporte.
Elaboremos un anteproyecto de lo que debe ser prioritario para garantizar una reactivación consistente del deporte escolar. Sin cantera no vamos a ningún lado.
Planifiquemos nuestra presencia a los próximos Juegos Centroamericanos que se realizarán el próximo año en Guatemala… Esa es nuestra liga.
Realicemos una evaluación del Comité Olímpico, las Federaciones y el Instituto de Deportes, para fijar con precisión, dónde nos aprieta más el zapato.
Tratemos de canalizar lo mejor posible los recursos, no usar algunos aportes significativos en eventos sin significado.