- La dimensión del problema es alarmante y ha rebasado los esfuerzos del gobierno
- La emergencia ha movilizado al Congreso, a los ediles del país, las instituciones del gobierno, estudiantes, profesionales, soldados, policías y la sociedad en general
Arely Muñoz (NTX)
SAN SALVADOR.- Pese a la emergencia decretada por el gobierno salvadoreño para afrontar una epidemia del dengue, que ya mató a 27 personas y elevó a dos mil los casos de contagio, decenas de niños abarrotan los hospitales bajo sospecha de estar enfermos.
Aún cuando la población y la comunidad internacional comenzaron a responder con medidas preventivas y ayuda económica, la impotencia permea el trabajo de los médicos ya que la única solución es la erradicación del transmisor del dengue, el zancudo Aedes aegypti. El Presidente salvadoreño Francisco Flores declaró hace seis días la emergencia nacional, sin embargo la epidemia sigue extendiéndose y de enero a la fecha se contabilizan 27 fallecidos, mil 875 casos de dengue clásico y 221 del hemorrágico, el mortal.
La dimensión del problema es alarmante y ha rebasado los esfuerzos del gobierno, si se compara con la primera epidemia de este mal que registró el país en 1995, y durante la cual sólo hubo cinco decesos y nueve mil 529 contagios de dengue clásico y hemorrágico.
El director del Hospital de Niños Benjamín Bloom de San Salvador, Sergio Parada, visiblemente afectado por la impotencia y el cansancio ante el abundante trabajo, declaró a la prensa que hasta el sábado pasado ingresaron 20 nuevos casos de dengue hemorrágico.
Además, los médicos de la Sala de Emergencia confirmaron que unos 50 menores llegaron el sábado al centro asistencial con sospecha de dengue, a quienes de inmediato se le aplicó un examen de plaquetas (sangre) para determinar si están afectados por la epidemia.
Parada confió en que el plan de emergencia de las autoridades comenzará a dar buenos resultados dentro de unas tres semanas, al afirmar que “sólo con las fumigaciones y la eliminación de los criaderos del zancudo se controlará la epidemia”.
La emergencia ha movilizado al Congreso, a los ediles del país, las instituciones del gobierno, estudiantes, profesionales, soldados, policías y la sociedad en general, e incluso a organismos foráneos en campañas preventivas y de eliminación de agua acumulada.
La comunidad internacional, por su parte, comenzó a responder al clamor del gobierno cuando la embajadora de Estados Unidos en esta capital, Rose Likins, ofreció de inmediato 225 mil dólares, mientras que en un corto plazo prometió ayuda de carácter científico.
La embajada de Gran Bretaña donó asimismo unos 10 mil dólares, en tanto que el denominado Plan Internacional entregó al Ministerio de Salud 200 tensiómetros, así como más de dos mil galones de oxígeno.
El jefe de epidemiología del Ministerio de Salud, Rolando Hernández, señaló que esta semana llegarán al país a investigar la epidemia especialistas procedentes de Cuba, México y Panamá, los cuales se sumarán a puertorriqueños, cubanos y estadounidenses.
La representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), Ximena de la Barra, anunció el inicio de una campaña educativa para erradicar el dengue y prometió solicitar fondos al máximo organismo internacional, con sede en Nueva York.
Más de un millón 500 mil estudiantes de las escuelas de El Salvador paralizarán este lunes sus actividades para incorporarse a la segunda cruzada para eliminar los criaderos del zancudo, y de igual manera lo harán unos cuatro mil efectivos del Ejército.