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Personal encargado del proyecto de recuperación de las áreas devastadas por la minería, inspecciona el lugar junto a funcionarios del Marena.

Reforestando, esperan salvar zona devastada

Usan leucaenas, mangos y chiltomas para recuperar terrenos Madero negro y leucaena son las especies seleccionadas Iván Olivares B. [email protected] La empresa Tritón Minera y la Escuela de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional Agraria (UNA), ejecutan un proyecto para evaluar el comportamiento de dos especies forestales en seis sistemas diferentes, para demostrar que es […]

  • Usan leucaenas, mangos y
    chiltomas para
    recuperar terrenos
  • Madero negro y leucaena son las especies seleccionadas

Iván Olivares B. [email protected]

La empresa Tritón Minera y la Escuela de Ciencias Forestales de la Universidad Nacional Agraria (UNA), ejecutan un proyecto para evaluar el comportamiento de dos especies forestales en seis sistemas diferentes, para demostrar que es posible reactivar 38 hectáreas afectadas por la actividad minera.

El proyecto Triton Minera-UNA, denominado “Estudio de Sobrevivencia y Crecimiento de Madero Negro y Leucaena”, consiste en reforestar para acelerar la formación de suelos en lugares donde se almacenaban los desechos del beneficio del oro. Madero negro y leucaena son las especies seleccionadas, para establecer el ensayo en cuatro bloques completos escogidos al azar.

Estas especies fueron escogidas porque poseen características ecológicas para establecerse y desarrollarse; por su rápida capacidad de crecimiento y fijación de nitrógeno en el suelo. “Nuestra política es mitigar el impacto ambiental originado por la actividad minera. Todas las áreas afectadas por Tritón Minera y las administraciones anteriores se tienen que recuperar en beneficio del medio ambiente y la sociedad”, aseguró el ingeniero Omar Vega, gerente general de la empresa.

Antes de establecer el área experimental, se observó en las presas de colas mucha vegetación compuesta por gramíneas, escoba lisa, coyolillo, guácimo de ternero, jícaro, etc., comprobando así que el cianuro se había degradado totalmente.

Paralelo a este proyecto, se han plantado 5 mil árboles en las presas de colas y los tajos, y se sembraron 20 manzanas de pitahaya, limón tahití, plátano, mango, naranjas, bajo el sistema de riego, además de frijol rojo, maíz, cannavalia, pipián y chiltoma, algunos de los cuales son fijadores de nitrógeno “y esto ayudará a mejorar las condiciones nutricionales del suelo”, asegura el ingeniero Omar Vega.

AREA MUERTA GENERA VIDA

Las presas de colas son áreas para almacenar las sustancias originadas del beneficio del oro. Una vez separado el oro de la roca, se produce una pulpa que contiene roca estéril y otra porción líquida que se aloja en las presas, que no presentan condiciones físicas, químicas ni biológicas para el establecimiento de plantaciones, por falta de nutrientes.

El suelo se origina mediante el proceso de meteorización, cuando interactúan factores ambientales como la lluvia, el viento, la temperatura, la humedad y la materia orgánica (restos de animales y materia vegetales), sobre la roca madre. El proceso de formación dura más de mil años.  

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