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Pedro Nolasco y la Virgen de La Merced

Celso Martínez O.Corresponsal Matagalpa [email protected] Un documento elaborado por el personal de Radio Hermanos, en esta ciudad, señala a Pedro Nolasco (nacido probablemente en Barcelona, España, cerca del año 1200), como un comerciante que siente el dolor de los pobres que vivían en las márgenes de aquella ciudad, y más aún por los que vivían […]

Celso Martínez O.Corresponsal Matagalpa [email protected]

Un documento elaborado por el personal de Radio Hermanos, en esta ciudad, señala a Pedro Nolasco (nacido probablemente en Barcelona, España, cerca del año 1200), como un comerciante que siente el dolor de los pobres que vivían en las márgenes de aquella ciudad, y más aún por los que vivían en el cautiverio de los reinos musulmanes de Valencia o de Mallorca, o del norte de África, y es precisamente a estos últimos que dedica su vida.

Nolasco y algunos de sus amigos iniciaron a realizar expediciones a diferentes lugares para negociar redenciones poniendo en común sus propios bienes. Su condición de comerciantes les facilitaba el trabajo. Al paso del tiempo, el dinero se agota por lo que se ven obligados a recurrir a la creación de grupos –cofradías- que recojan la limosna para los cautivos en las diferentes iglesias con permiso eclesiástico para destinarlo a nuevas expediciones redentoras. La fórmula no duró mucho tiempo.

Esto desanima a Nolasco que llega a plantearse que lo mejor sería entrar en alguna orden religiosa o retirarse a un desierto para seguir allí el camino de la entrega personal a Dios.

Señala el documento que la noche del 1° al 2 de agosto de 1218 la Virgen María se apareció a Pedro Nolasco, al jurista y consejero real y papal Raymundo de Peñafort y al Rey Jaime I, a quienes confió por separado su voluntad de fundar una orden para redimir cautivos.

El 10 de agosto de 1218 en el Altar Mayor de la Catedral de Barcelona, en presencia del Rey Jaime I y del Obispo Berenguer de Palou se crea aquella nueva institución que se dedicaría a la redención de cautivos. Pedro Nolasco y sus compañeros vestirán el hábito de la nueva orden y reciben como escudo la Cruz Blanca sobre fondo rojo, titular de la Catedral de Barcelona, y las cuatro barras rojas sobre fondo amarillo de la Corona de Aragón. Con el crecimiento de la orden era necesaria la construcción de un convento hospital más grande que el que ya tenían y logran culminar la obra en el año 1234 llamándolo Hospital de Santa Eulalia. Más tarde edificarían junto al hospital una iglesia dedicada a Santa María, la que consideraban como verdadera fundadora de la “Obra de La Merced” que realizaban, la obra de redimir a los cautivos.

En esos tiempos, “Merced” significaba el sentimiento de misericordia, de compasión hacia el que sufre, una acción que libera a los cautivos del sufrimiento. Por eso la orden se llamó la Orden de La Merced que es lo mismo que Orden de la Liberación de los Cautivos.

En la iglesia del nuevo hospital se veneraba a la Virgen María con el nombre de Virgen de La Merced. En 1272, se constituye formalmente la orden que llevó el nombre de “Orden de la Virgen María de La Merced de la Redención de los Cautivos de Santa Eulalia de Barcelona”.

Mucho tiempo después, en el año 1680, la Santa Sede autorizó la celebración de la Fiesta de la Virgen de Merced en todo España, y es en 1696 que el Papa Inocencio XII extendió la fiesta de la Virgen de La Merced a toda la Iglesia y fijó su fecha el 24 de septiembre.

A raíz de la forma litúrgica del Concilio Vaticano II, en 1969, la fiesta se suprimió del calendario universal y quedó para los calendarios particulares.

Cabe señalar la fuerte presencia de la Virgen de La Merced en América. Su devoción fue llevada allí por los primeros misioneros, entre los que había un gran número de Mercedarios. Fue invocada en las guerras por la Independencia frente a España. Se le han construido templos y ha sido venerada en diversos lugares, en Perú, Ecuador, Argentina, Nicaragua.

A veces, esa presencia ha sido ambigua como cuando fue llamada “Conquistadora”, en los primeros tiempos, o como cuando ha sido invocada como “Generala de los Ejércitos” en algunos países.

En Nicaragua, el Primer Santuario fue construido en León por los frailes Mercedarios quienes llegaron procedentes de León Viejo. El maestro Pascual Somarriba se encargó de la construcción.

A los leoneses la Patrona los ha protegido en momentos cruciales como guerras y desastres naturales.  

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