Edgard Tijerino M.Enviado de LA [email protected]
SIDNEY.- En Barcelona, aquello fue el superespectáculo… La presencia de Michael Jordan, al frente de un equipo que incluía a Pippen, Barkley, Robinson y demás monstruos de la NBA, obligó al público a llenar noche tras noche, el Palacio de los Deportes… Ahí estuvimos disfrutando de la magia cuando todavía Petrovic y Divac jugaban para Yugoslavia.
El “Dream Team” del baloncesto norteamericano ofrecía magia en Juegos Olímpicos, como si fueran los Trotamundos de Harlem, jugando bajo las reglas oficiales, sin el uso de “trucos”.
De acuerdo, eso fue una novedad, un gran atractivo, pero ¿qué pasaría en el futuro con el nivel de competencia?
En Atlanta, USA ganó el oro caminando y bostezando, mostrando fases de la grandeza de cada uno de los componentes de su segundo “Dream Team”… Equipos como Rusia que ganó el oro espectacularmente en el 72, o Brasil, que amargó a los amateurs norteamericanos en los Panamericanos de Indianápolis, o el mismo Yugoslavia, no tenían ningún pito que tocar.
Después de obtener su cuarto triunfo en forma insolente por 102-56 sobre Nueva Zelanda, los ases de la NBA entraron fríos contra Francia y estaban perdiendo 15-6 en los primeros 5 minutos… Demasiado temprano para preocupar a Kidd, Carter, Garnett, Hardaway y compañía.
Reaccionaron, y hasta dio la impresión de estar calibrando el marcador para evitar un amplio desajuste… Cuando Carter se descolgó sensacionalmente dejando a un defensa paralizado y filtrándose fantasmalmente entre otros dos que trataron de interceptarlo, bloquearlo, estorbarlo o arañarlo, para elevarse majestuosamente y conseguir un remate, el público consideró que ese “dunkeo” valía la entrada, así como las recepciones y giros de Garnett… USA ganó 106-94 a Francia, cerró con 5-0 y ahora va contra Rusia en cuartos de final… Nada que ver con aquel duelo del 72.