- El cubano Javier Somotomayor dejó claro que sus mejores días aún no terminan en el atletismo.
Edgard Tijerino M. – Enviado Especial [email protected]
Si alguna duda quedaba sobre la identificación del cubano Javier Sotomayor como un Súper-Atleta, quedó desvanecida la noche del domingo en el Estadio Olímpico con otro lleno a reventar, que resistió los embates de la lluvia y el frío de la noche.
Habían muchas razones para tal terquedad, entre ellas, las presencias de Michael Johnson y Cathy Freeman, pero también estaba Sotomayor, difícilmente clasificado en la primera jornada.
Es improbable, que saliendo de un retiro forzado por aquella suspensión en Winnipeg después de ser descalificado por el uso de estimulantes, se pueda regresar a la actividad combatiendo el agobio y la presión, y obteniendo contra reloj, el nivel competitivo requerido para ganar una medalla olímpica.
Cuando Sotomayor falló en su primer intento de los 2.27 metros buscando la clasificación, pensamos que el máximo de su esfuerzo actual, no era suficiente para sobrevivir.
El favorito de los expertos era el ruso Vyacheslav Voronin, único saltador de 2.40 en éste año 2000, pero se derritió y fue desplazado hasta el décimo lugar con 2.29 en el último de sus tres intentos.
Sotomayor que saltó en la ronda de los 2.25 metros, decidió no tomar turno en los 2.29, elevación en la cual “murió” Voronin, y fue a tomar riesgo en los 2.32 retando las circunstancias adversas, como el desplazamiento y el punto de apoyo en la humedad… El cubano saltó 2.32, pero desde las sombras, el ruso Sergey Kliugin, con tres saltos entre 2.31 y 2.33 este año, superó la altura de 2.35 en su primer intento.
Eso dejó a Sotomayor frente al drama batallando con el argelino Aberrabhamane Amad, el sueco Holm, el israelita Matoussevic, el canadiense Boswell y Steffan Strand.
El Campeón Olímpico da Atlanta, Charles Austin de USA, había sido inesperadamente decapitado el primer día.
Ninguno de los involucrados pudo superar la elevación de 2.35, y Sotomayor, con menor número de intentos mientras pasaba de 2.20 a 2.32, se adjudicó la medalla de plata en medio de una ovación general.
“El terreno no estaba sólido… En condiciones normales, podía subir más”, dijo Sotomayor durante su comparecencia con la prensa.
Se veía satisfecho de haber podido vencer a la adversidad que lo mantuvo acorralado desde que cayó el telón en Winnipeg.
“Me gustaría competir en otros Olímpicos, pero no sé si podré alargar tanto mi carrera”, dijo el dueño del Récord Mundial con 2.45, nacido el 13 de octubre de 1967, un año antes que Dick Foshbury, con 2.24 y ese revolucionario estilo saltando hacia atrás, ganara la medalla de oro en los Juegos de México.