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Ahora ellas son expertas en zanjeo, formaleteo, mezcla y otros quehaceres propios de la construcción.

Doscientas mujeres terminan proyecto de viviendas

A la salida norte de Jinotega están estas heroicas féminas que luchando contra las adversidades construyeron sus casas, pero el colmo es que ahora no se las entregan hasta que el Presidente Alemán llegue a “inaugurar” el proyecto habitacional Silvia González S. [email protected] Si ver arrasados sus hogares por las correntadas del huracán Mitch fue […]

  • A la salida norte de Jinotega están estas heroicas féminas que luchando contra las adversidades construyeron sus casas, pero el colmo es que ahora no se las entregan hasta que el Presidente Alemán llegue a “inaugurar” el proyecto habitacional

Silvia González S. [email protected]

Si ver arrasados sus hogares por las correntadas del huracán Mitch fue una dolorosa experiencia para doscientas mujeres que habitan en el sector noreste de esta ciudad, el empeño que a través de dos años han puesto en tareas de albañilería para reconstruir sus hogares, ha sido una enseñanza inapreciable puesto que les ha proporcionado confianza y dignidad.

Con orgullo estas mujeres argumentan que en la autoconstrucción de sus viviendas, ubicadas en los proyectos llamados Villa Norte y Villa Valencia, han cumplido con sobrado éxito una labor que antes era exclusiva para hombres, han aprendido una nueva profesión y olvidado muchos prejuicios de género.

Lo primordial –según ellas-, es que han sabido superar el trauma que les dejara la tragedia y que, al trabajar en comunidad han aprendido a valorar el sentido social de sus vidas.

UN PROYECTO PARA MADRES SOLTERAS

Mediante el proyecto de autoconstrucción se levantaron 204 viviendas en un terreno de doce manzanas, situado en la salida norte de Jinotega. La primera etapa, llamada Villa Norte, consistió en construir 100 casas que fueron financiadas por la municipalidad de Holanda. La segunda etapa (Villa Valencia), de 104 casas, fue apoyada por la municipalidad de Valencia, España. El costo total de la obra fue de alrededor de 654 mil 118 dólares.

Los dos proyectos fueron diseñados con visión de género, pues se trataba de favorecer a más de doscientas mujeres damnificadas por el Mitch, madres solteras en su gran mayoría que por no contar con otro apoyo se habían convertido en jefes de familia.

Las favorecidas recibieron los materiales y las herramientas necesarias para trabajar en la construcción colectiva de las viviendas, tarea que se cumpliría en un lapso de dos años, tomando en cuenta que ellas también tenían que buscar recursos para el sostenimiento del hogar.

Otra condición contemplaba que las casas, una vez construidas, serían asignadas por sorteo, de tal manera que cada obrera constructora sabía que tenía que poner esfuerzo y calidad en la totalidad del trabajo, pues cualquier casa podría ser la suya.

LO QUE PODRÍAN HABER GANADO

Provistas pues de materiales, piochas, palas, martillos y otras herramientas comenzaron su trabajo contando algunas con la ayuda de sus hijos, sin embargo poco a poco las labores se tornaron colectivas y la experiencia de autoconstrucción se volvió más valiosa.

Según el ingeniero Roberto López, director de obras públicas de la Alcaldía de Jinotega, las mujeres durante algún tiempo recibieron un tiempo de comida que era donada por el Programa Mundial de Alimentos PAME. “En caso que hubieran recibido salario por su trabajo, ellas habrían devengado entre los 30 y 35 córdobas por mano de obra no calificada”, puntualiza López.

Claro, abundaron las penurias porque todas habían quedado sin techo y sin un trabajo estable, de tal manera que algunas sólo le dedicaron al trabajo los días domingo.

“Este trabajo nos trajo grandes sacrificios y satisfacciones”, dice doña Alejandra Castro una de las trabajadoras. “Las mujeres nos reuníamos en grupos o en cuadrillas para realizar una labor determinada, a mí me tocó pasar el dolor de dejar a mis tres hijos al cuido de mi mamá para poder trabajar todos los días”.

Doña Alejandra cuenta que por primera vez en su vida tuvo que remover la mezcla y halar material de construcción, como arena y bloques y hasta agua para agilizar los trabajos. “Pero han pasado casi dos años, las viviendas están terminadas pero no las han entregado y aún continuamos esperando”, señaló.

“Pasamos duras experiencias. Por ejemplo, en ese tiempo mis compañeras y yo nos quedamos descalzas y sin poder comprar zapatos. No sé cómo hice para darle de comer a mis hijos porque durante dos años pasamos trabajando todos los días con el fin de terminar todas las casas. Eso fue duro”, dice.

Nubia González, otra de las beneficiarias del proyecto, expresó su alegría porque ahora las mujeres han aprendido a encalichar, zanjear, formaletear y rellenar vigas.

Otras madres de familia señalaron que al principio la construcción les costó mucho trabajo porque era la primera experiencia que tenían en esas labores. Actualmente ellas trabajan en la conclusión de las últimas letrinas, con lo que se dará fin al proyecto.

Si bien algunas casas de Villa Norte ya han sido otorgadas a sus constructoras tomando en cuenta la entrada de las lluvias, el resto y la segunda etapa no serán entregadas porque la Municipalidad está esperando que el Presidente Arnoldo Alemán llegue a inaugurar esas obras.

Mientras tanto, la mayoría de estas mujeres están habitando en casas de plástico.  

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