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Camoapa es un pueblo acogedor por la hospitalidad de sus habitantes que expresan su orgullo por su riqueza ganadera y la actividad de artesanos y talabarteros.

Camoapa: cuna de la ganadería y los sombreros de pita

Camoapa procede de la voz nahuatlaca o mejicana antigua “Camoapan” que significa “lugar de las lapas”. Es una de las antiguas poblaciones del antiguo Chontales, ahora le pertenece a Boaco. Este pueblo eminentemente ganadero tiene fama por ser la cuna de grandes artistas del cuero y de los sombreros de pita Orlando Valenzuela y Josanda […]

  • Camoapa procede de la voz nahuatlaca o mejicana antigua “Camoapan” que significa
    “lugar de las lapas”. Es una de las antiguas poblaciones del antiguo Chontales, ahora le
    pertenece a Boaco. Este pueblo eminentemente ganadero tiene fama por ser la cuna de
    grandes artistas del cuero y de los sombreros de pita

Orlando Valenzuela y Josanda Guerrero/Especial para Mosaico [email protected]

Camoapa es un municipio eminentemente ganadero y como tal, la vida de sus 42 mil habitantes gira en torno al destino de su envidiable hato, que por cierto es uno de los más grandes del país.

Es por eso, que muchos de los 14 mil pobladores de su casco urbano tienen alguna vinculación con la principal actividad económica de la zona, ya que es muy común encontrar en cualquier casa del poblado, a familias enteras que se dedican a labores relacionadas con la industria del cuero, como zapateros, talabarteros y pequeños artesanos.

Pero la ciudad de Camoapa por sí misma es suficiente motivo para visitarla, ya que sus pobladores son gente muy trabajadoras y apegadas a las tradiciones de sus antepasados.

Es por eso que durante las fiestas locales, muchos son los que aprovechan para visitar a sus amigos, divertirse un poco en los juegos mecánicos, comprar algunas cosas para la finquita y cumplir con los compromisos religiosos de rigor, como es participar en las misas y procesiones que realiza la majestuosa iglesia de San Francisco de Asís, enclavada en el centro de la ciudad.

El agradable clima de sabana tropical de esta zona oscila entre los 24 y 27 grados centígrados que lo hacen muy apropiado tanto para la producción ganadera y agrícola como para aventurarse un poco en sus cerros y montañas.

Ubicada a 120 kilómetros de la capital, Managua, Camoapa se presenta como una ciudad que todavía no ha tomado en serio su alto rango, pues aunque tiene un moderno sistema de telecomunicaciones, TV por Cable, una bonita iglesia declarada monumento nacional y algunos restaurantes y hoteles de paso, aún se pueden ver por las mañanas las manadas de rumiantes atravesando las calles centrales de la pequeña metrópolis, así como también a muchos jornaleros con su machete terciado, rumbo al campo.

EL NOMBRE DE CAMOAPA

El nombre de Camoapa proviene de la voz nahuatlaca o mejicana antigua “Camoapan” que significa “lugar de las lapas”, es una de las antiguas poblaciones del antiguo Chontales.

Camoapa tiene una larga historia que se remonta a los primeros años de la conquista española, sin embargo, de su original asentamiento sólo se sabe que estuvo en la confluencia de los ríos Codorniz y Cacla, el cual fue destruido por indígenas zambos y mosquitos instigados por los ingleses, que obligaron a sus habitantes a refugiarse en el vecino pueblo de Comalapa en el año 1749, de donde, tres años después, en 1752, se trasladaron al lugar llamado “El Pochote” en la actual comarca de El Divisadero, muy cerca del Monolito de Cuizaltepe, cuyas ruinas se conocen con el nombre de “Pueblo Viejo”.

Pero fue en 1769 que los antiguos habitantes camoapan se trasladaron al lugar donde actualmente se levanta la ciudad, bajo el nombre de “San Francisco de Camoapán” que el 4 de marzo de 1895 fue erigida en Villa, y el 2 de marzo de 1926 recibió el título de Ciudad que actualmente ostenta.

FIESTAS DE CAMOAPA

Las principales fiestas del municipio se celebran el 24 de junio de cada año en honor al Corazón de Jesús o la fiesta de los corazones.

También se celebra la fiesta de San Francisco de Asís en la que salen a relucir las costumbres de criadores de ganado y caballos.

Estas fiestas comprenden desfiles hípicos, corridas de toros, música de chicheros, danzas y repartición de comida a los promesantes, además se realiza la elección de reina de las fiestas patronales en medio de una alegre fiesta con uno de los mejores conjuntos musicales de Nicaragua.

Actualmente la ciudad está enfiestada y lo mejor es visitarla para que no le cuenten cuentos.

DON JOSE, EL TALABARTERO

Hace nueve años don José Esteban Sánchez aún galopaba tras la manada de rumiantes en los potreros de su patrón, ordeñaba las vaquillas recién paridas, limpiaba el corral y realizaba todas las labores propias de un campisto, trabajo que había realizado desde sus primeros días de juventud en las fincas de varios potentados de Camoapa.

Durante algunos años don José, fue “mandador” de hacienda y allí se dio cuenta de la importancia que tienen los aperos y accesorios que usan los “vaqueros” nicas para su difícil trabajo en el campo.

Porque no es lo mismo el trabajo en una zona tabacalera que en una ganadera, pues en este lugar se necesita que todo el atuendo del campisto sea resistente al trabajo duro y prolongado.

Así fue como un día de tantos abandonó el trabajo del campo con la idea de dedicarse a hacer algo que desde hacía tiempo le atraía y poco a poco fue aprendiendo el arte de la talabartería.

Dice que aprendió solo, pues nunca había trabajado ni siquiera como ayudante, pero viendo cómo trabajaba un amigo, empezó a hacer pequeños aperos para caballos como pecheras, cabezadas, jáquimas, piales de espuelas y otras piezas.

Ahora don José es propietario de uno de los más de 30 talleres artesanales que existen en Camoapa, donde la experiencia del trabajo diario lo ha hecho un experto talabartero, capaz de hacer cualquier encargo en cuero como las lindas albardas de fina vaqueta, así como también todo tipo de estilos de zapatos y botas de cuero, propias para el trabajo rudo del campo.

A pesar de estar en una de las mayores zonas ganaderas del país, don José se lamenta de la situación que actualmente pasan los artesanos del cuero, ya que mientras los precios de las materias primas suben, la crisis económica y la competencia por la sobrevivencia lo obliga a vender sus productos más baratos que antes, pues si el año pasado una cabezada costaba 60 córdobas, ahora no dan más de 50 por el mismo producto.

“La ganancia es poca, porque todo está caro y la gente casi no está comprando nada, pero en esta época de invierno, que siempre se pone malo el negocio, porque el finquero no compra en épocas de lluvias sino en verano, pero espero que en noviembre se componga la cosa”, dice con resignación don José Esteban.

LOS ARTISTAS DEL CUERO

Camoapa tiene la fama de ser cuna de grandes artistas del cuero, un lugar donde se puede encontrar desde una buena montura para caballo hasta un par de botas al mejor estilo texano o si lo prefiere, unas buenas polainas con punta de chapa de acero.

Nada mejor para empezar un negocio en sociedad, que la unión de dos artesanos que complementen sus habilidades para entregar un producto de primera calidad, como es el caso de Samuel Lanzas y Wilmer Salazar, habitantes del barrio Ramón Obando, en Camoapa, Municipio del Departamento de Boaco.

La sociedad empezó hace un año, cuando ambos dejaron de trabajar para un patrón y decidieron juntar sus talentos para emprender su propio taller. Wilmer es “alistador”, el encargado de cortar, decorar y darle los detalles a la parte fina del cuero, mientras que Samuel es “montador”, el encargado de trabajar la vaqueta y darle el acabado final al zapato.

Ambos empezaron desde muy jóvenes a trabajar como ayudantes en diferentes talleres de zapatería del pueblo, por eso pensaron que ya era tiempo de independizarse y hacer algo propio.

SECRETOS DEL BUEN ZAPATERO

Samuel dice que empezó como aprendiz desde lo básico: raspar cuero, echarle pega y luego a tallar botas, para lo cual dice que el secreto está en saber los siete puntos esenciales “son cuatro jalones adelante y tres jalones atrás, si no tallan esos siete jalones, no está bien el alistado” asegura con firmeza.

En el pequeño taller, ambos se combinan para sacar adelante los pedidos que casi a diario les llegan, pues ellos son como la mayoría de talleres que hay en todo el pueblo, que viven “coyol quebrado coyol comido” que trabajan con esfuerzo propio, pues son enemigos de hacer préstamos a los bancos por el temor de quedar en la calle por los altos intereses que cobran.

Entre los estilos de calzado que ellos hacen se destacan las botas de tubo, estilo Sandino, cosidas, de zíper, de concha, zapatillas, sandalias de cuero, zapatos de mujer y una réplica muy fiel de las auténticas texanas.

Los precios son accesibles, ya que un par de botas cosidas, sin clavos cuestan 500 córdobas, unas con clavos de cualquier estilo valen C$350 y un par de altas y fuertes botas estilo Sandino cuestan C$700. Si prefiere unas texanas tendrá que pagar C$800 córdobas por el par.

Samuel se lamenta que a pesar que en el pueblo existen buenos zapateros, muchos prefieren comprar zapatos usados en “El Puntito”, que es una “tiendita” de ropa y calzado usados. “Todos los que tienen plata van a comprar zapatos americanos usados y no le dan trabajo a los artesanos, otros los compran usados y sólo nos vienen a dar a hacer la remonta, que consiste en cambiarle toda la parte de abajo, incluyendo la suela y las amarraderas, para que quede con el estilo del original, prácticamente se las hacemos nuevas, pero por menos precio”, dice Samuel.

DATOS BASICOS DE CAMOAPA

Nombre del Departamento: Boaco

Fecha de fundación: 2 de marzo de 1926 (elevada a ciudad)

Producción: Ganadería, granos básicos, artesanía de pita y talabartería.

Población: 42,000 habitantes.

Extensión territorial: 1,478 km2.

Densidad poblacional: 62 habitantes por km2.

Límites:Al norte: Municipio de Boaco, Matiguás y Paiwas.

Al sur: Municipio de Juigalpa y Comalapa.

Al este: Municipio de El Rama y La Libertad.

Al oeste: Municipio de San Lorenzo y Boaco.

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