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Un elemento de liderazgo

Rosario Hernández de López* Siendo la comunicación un elemento de liderazgo, ¿cómo la practicamos? Muchos podrían estar pensando: “Yo me comunico bien, el problema es esa otra persona que no me entiende” y la otra persona le aseguro que está pensando que él (ella) se comunica bien y que es Ud. el que no le […]

Rosario Hernández de López*

Siendo la comunicación un elemento de liderazgo, ¿cómo la practicamos?

Muchos podrían estar pensando: “Yo me comunico bien, el problema es esa otra persona que no me entiende” y la otra persona le aseguro que está pensando que él (ella) se comunica bien y que es Ud. el que no le entiende. Entonces, ¿quién de los dos tiene la razón? ¿Quién se está comunicando mejor o peor? ¿Están pensando en ganar/ganar con la comunicación?

Detengámonos un poco a reflexionar sobre este tema que distingue al líder en su comunicación eficaz.

En una organización ¿Somos capaces de distinguir entre la formación irrelevante de aquella que tiene un contenido estratégico para la empresa? ¿Cómo podemos optimizar los niveles de comunicación interna para que las personas se sientan partícipes de los objetivos de la empresa?

Con el concepto de la globalización y competitividad, las organizaciones se han dedicado a racionalizar procesos y detenerse en buscar una mejor atención al cliente, adecuando infraestructura, procesos y tecnologías, sin embargo, algunas no han desarrollado la importante tarea de la comunicación efectiva.

En este tema no puedo dejar de hablar del libro de Carlos Mántica: Introducción al habla Nicaragüense, cuyo prólogo lo escribe el poeta Pablo Antonio Cuadra y se pregunta cómo nació nuestra lengua, haciendo recuerdos cuando se comenzó a hablar el castellano en Nicaragua y dice: “Los dos fenómenos, el de la traducción y el de rebeldía” tienen que haber marcado el tema del nicaragüense. Han producido entorpecimientos y resistencias en su hablar, pero también han dejado huellas en su habla”. Dice Carlos Mántica que nuestra historia es hablada y el habla es nuestra historia.

Los nicaragüenses tenemos nuestra propia cultura de comunicación con la familia, los vecinos, el trabajo y esa comunicación la podemos observar, oír y sentir en las organizaciones, porque está cargada de energía y cada palabra produce en las personas un efecto físico y emocional como dice Mark Twain.

En los últimos años, nuestra sociedad está sufriendo cambios radicales, el efecto del exilio en muchos nicaragüenses y el retorno, ese flujo y reflujo de culturas tan distintas, está haciendo una mezcla en nuestra comunicación spaninglish que escuchamos en las organizaciones que tienen su efecto en el trabajo y en la productividad.

La comunicación es un elemento integrador en las distintas áreas de una empresa, por lo tanto si ésta falla, el resto viene por añadidura.

La palabra debe estar unida a la acción. Como dice Shakespeare: “Permita que su discreción sea su tutor, ajuste la acción a la palabra y la palabra a la acción”. De lo contrario caemos en la posibilidad de que nos escuchen una vez, pero no siempre.

*Directora del Instituto de Gerencia y Liderazgo.  

Economía

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