Al productor por cultura y tradición le gusta más trabajar con tubérculos semillas, o conocida también como semilla vegetativa pues considera que obtiene ingresos a corto tiempo.
Lesbia Aguilar Benavides, del INTA, indica que en la producción de papa existen dos diferentes tipos de semilla: la sexual y la asexual.
La primera se diferencia de la segunda en que, ésta se produce gracias al cruce de un macho y una hembra. Es decir la semilla que es polinizada libremente y de forma natural. La asexual es la producción vegetativa en donde se utiliza el tubérculo para producir más papas. Y en el caso de la sexual se usa la semilla para producir tubérculos.
En el laboratorio no se usan semillas, sino que las plántulas (plantas pequeñas) que están libres de enfermedades. Por otro lado, los rendimientos van a estar de acuerdo al tipo de variedad de semilla que se utilice. En el caso del laboratorio de Estelí se está utilizando la variedad Desirée.
Con la semilla sexual el productor obtiene dos multiplicaciones máximas y con la asexual cuando se usa la técnica in vitro se pueden sacar hasta cuatro generaciones, esto va a estar en dependencia del tratamiento, asegura Aguilar.
Cuando se entrega la semilla
Una vez que el laboratorio entrega al productor la semilla pre básica, éste tiene que tenerla tres meses en almacenamiento para que el tubérculo obtenga sus brotes. Y no es hasta la primera cosecha de campo que la semilla se convierte en semilla básica. Posterior a esto, el productor multiplica la semilla una vez más y se convierte en semilla registrada, ésta se vuelve a multiplicar y obtiene semilla certificada.
Una vez que se multiplica el material se obtiene papa para consumo. En total se pueden dar cuatro multiplicaciones antes que el productor obtenga papa para consumo, todo este proceso dura aproximadamente año y medio.
La especialista asegura que el cultivo de papa es “altamente rentable” pues los ingresos por unidad de área son mayores que los que se pudieran obtener por producir granos básicos o algunas hortalizas. Estos ingresos pueden ser un 40 por ciento en relación a la inversión total realizada.