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Hay que incentivar producción para la exportación

Ricardo Illescas Hidalgo* Hace tan sólo un par de semanas pensé que para nuestros productores la suerte estaba echada para mal de ellos, pues los flamantes ministros no tenían tiempo, ni trataban de hacerlo, para atender los planteamientos serios que los productores pretendían hacer al gobierno con el fin de consensuar la alternativa de solución […]

Ricardo Illescas Hidalgo*

Hace tan sólo un par de semanas pensé que para nuestros productores la suerte estaba echada para mal de ellos, pues los flamantes ministros no tenían tiempo, ni trataban de hacerlo, para atender los planteamientos serios que los productores pretendían hacer al gobierno con el fin de consensuar la alternativa de solución a sus problemas.

De tal suerte que valoré la actitud de estos funcionarios públicos que parecen tomar a vuelo de pájaro problemas tan fundamentales como lo son lo relativo a la producción y la economía, y llegué a la conclusión que el señor Presidente debería ser celoso con estos funcionarios y no darles lugar a disculpas, ni excusas y que la amistad no debería anteponerse al bien común, a los intereses nacionales, pues con su consentimiento el señor Presidente desdice mucho de su discurso de “obras, no palabras”.

El tiempo me dio la razón, y es que esto era cosa de sentido común, el ciudadano Presidente removió de su puesto al Ministro de Agricultura y en su lugar nombró al señor Navarro, quien con toda seguridad sabrá obrar en beneficio del sector agropecuario, de su sector.

Sin embargo, los cambios en la difícil situación por la que atraviesan los agricultores y en especial los cafetaleros no dependen únicamente de la reubicación de los funcionarios públicos, sino que es necesario definir una serie de políticas macroeconómicas que perfilen a nuestros productores en el comercio internacional. Con esto no quiero decir que hay que condonar deudas y mucho menos confiscar capitales financieros para solucionar los problemas de los productores, como han de hacer un grupo reducido de seudo cafetaleros que ha hecho llover café en la Asamblea Nacional.

El gobierno hasta el momento ha desvalorizado el rol que jugó la Ley de Promoción de Exportaciones, cuyos beneficios expiraron en el año 97, y no ha escuchado a los diferentes sectores exportadores que claman por una mejora en la infraestructura productiva, en los puertos, carreteras, mayor seguridad en el campo, que urgen de una ley que incentive la producción orientada a la exportación.

Es grato conocer que países como los Estados Unidos brindan oportunidades a países como el nuestro para que produzcan para la exportación a través de iniciativas como la Cuenca del Caribe que facilita el acceso de nuestros productos a ese mercado tradicional en condiciones preferenciales, es decir, nos brindan su ayuda para que produzcamos para exportar en un claro ejemplo de lo que debería de hacer nuestro gobierno.

El Diario LA PRENSA señala, en uno de sus editoriales, que este gesto “abre la posibilidad de aumentar la producción de prendas de vestir que utilicen telas e hilos estadounidenses, ya que ellas podrán entrar al mercado norteamericano totalmente libre de impuestos y de cuotas”, lo cual es totalmente correcto. Además, habla de los aspectos positivos de las zonas francas y se nos viene a la mente que son ellas quienes pueden aprovechar al máximo este tipo de beneficio.

En realidad, las “zonas” gozan de muchos beneficios y es por eso que se les reconoce como paraísos fiscales. De esta realidad podemos comparar que los productores/exportadores, a través de la Ley de Justicia Tributaria y Comercial gozan de la mayoría de las exenciones concedidas a empresas usuarias de la “zona”, a excepción de: Exoneración del 100% de Impuesto sobre la Renta Anual y de los impuestos municipales, salvo el caso del Plan de Arbitrios de Managua que exceptúa a las exportaciones del pago de impuestos en el municipio.

Se me ocurre que los cafetaleros podrían solicitar, no que la Asamblea Nacional condone, a través de decreto, sus deudas, pero sí que el Poder Ejecutivo declare como Zona Franca de Exportación todo el territorio donde se cultiva y cosecha café por un período razonable que permita la recuperación del sector y a su vez estimule la producción para la exportación. Tal vez la excepción del IR no sería de un 100% pero, podría ser de un 60% como ocurre con las empresas usuarias de la zona, estas empresas gozan de este beneficio después del undécimo año de estar funcionando como tales.

Probablemente el lector piense que es descabellado pero, no es así, si tomamos en cuenta el siguiente análisis: Las empresas de la zona generan más de 30,000 empleos, los productores de café igual lo hacen; las empresas de la zona exportan más de 140 millones de dólares al año, los cafetaleros también lo hacen; ambos generan divisas verdes; probablemente la diferencia en estos sectores es que unos son nacionales y otros son la inversión extranjera, que las empresas de la zona son capital golondrina y nuestro cafetaleros no emigran, muy cierto, pero por qué no darnos una oportunidad antes que enterremos a uno de nuestros tradicionales y fuertes sectores de divisa. Me gustaría que el señor Presidente nos dé otra buena noticia como la del cambio de ministro.

* Especialista en Comercio Exterior  

Economía

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