- La gente creía que en el camino salía una parvada de chompipes a picotear los pies del caminante
Euclides Cerda Calero – Especial para LA [email protected]
EL ROSARIO, CARAZO.— Juana Hernández Aburto es la persona más anciana de este pintoresco municipio caraceño. Tiene 102 años y recuerda como si fuera ayer cuando vendía en este poblado El Diario de Los Nicaragüenses, LA PRENSA.
“El Rosario a principios del Siglo, era un pequeño sitio montañoso, con unas cuantas casas de cogollo de zacate y barro”, dice con voz cascada.
Todavía a los 80 años doña Juana recorría las calles de la localidad para entregar en sus manos a los lectores su respectivo ejemplar de LA PRENSA. “Recuerdo que nuestro municipio hace medio siglo era conocido como el barrio “El Chompipe”, nombre que agarró, según ella, por andar creyendo algunos en brujerías, pues a la gente mucho la asustaban con el cuento de que en los caminos salían repentinamente una banda de chompipes que picoteaban los pies del viajero para después desaparecer en un abrir y cerrar de ojos”.
A doña Juana por su avanzada edad, se le dificulta escuchar y articular palabras, sin embargo afirma que el primer cura que llegó al pueblo prohibió durante las fiestas patronales el tope que se realizaba entre dos vírgenes, la del municipio de La Paz y la del El Rosario, fue así que en los años subsiguientes se optó por cambiar las imágenes y hacer el tope entre El Niño Dios del Dulce Nombre y la imagen de El Rosario. Doña Juana Hernández tuvo sus seis hijos a los que alimentó a punto de palmear tortillas y hornear rosquillas y que ahora se encuentran al cuido de la ancianita.